Amor a prueba de cáncer

Seamos sinceras: cuando iniciamos una relación sentimental con otra persona siempre nos imaginamos un montón de escenarios posibles ¿Será el indicado?” “¿Tendré hijos con él?” “¿Será éste el amor de mi vida?”.

Sin embargo, nunca nos planteamos situaciones más realistas, quizás por aquello de no ser tildadas como personas negativas y fingimos demencia a esas frases que suelen ser pronunciadas por el sacerdote cuando una pareja está frente al altar: “lo amarás por sobre todas las cosas, en la riqueza o en la pobreza, en la salud o en la enfermedad“.

Soy de las que piensa que las adversidades te convierten en una persona más fuerte y de la misma manera ocurre con el amor.

Cuando superas una situación difícil con tu pareja, puede que ocurran dos cosas: o te sientes abrumada y quieres salir corriendo, o te llenas de fuerza y consolidas más el vínculo.

En mi caso, pasó lo segundo cuando a mi pareja le detectaron cáncer de tiroides. Lo que parecía una consulta médica para solventar una situación sencilla, derivó en el descubrimiento de un tumor que estaba escondido en su garganta; así que luego de escuchar al médico decirme: “no voy ni siquiera a esperar los resultados de la biopsia, hay que operarlo ya”, mis primeras palabras fueron: “explíqueme qué hay que hacer para curarlo”.

Y así fue cómo en menos de un mes con exámenes, operación, energía positiva y fe, desaparecimos un cáncer. Ya de ese capítulo llevamos dos años, imposible sentir gusto por esa experiencia, pero sí orgullo de superar una enfermedad en equipo.

Quizás para quienes estén pasando por una situación parecida les diré algunas cosas, a manera de tips, que puse en práctica y me funcionaron:

  • Lo primero que debe tener claro la pareja -no el que padece la enfermedad- es que el único rol que se juega en esta historia es el de acompañante. No es tu viaje ni tu maleta por lo que no debes cargar ni culparte por todo. Solo debes estar en el asiento de al lado, sosteniendo su mano, dándole mucho ánimo y sobre todo hablando de cosas que nada tenga que ver con la padecimiento.
  • Como acompañante seguramente sentirás miedo, angustia o hasta cuestionamientos, es normal, así que lo mejor es que te desahogues con personas allegadas a ti sin involucrar al que lleva la enfermedad.
  • Aleja de tu compañero toda persona tóxica o negativa que solo llegue para contar historias sin finales felices.
  • Si desean hablar del tema, busquen terapia o grupos de sobrevivientes con relatos maravillosos, por lo general, son la mayoría, pero irónicamente a veces la mente solo se enfoca en el drama.
  • Por ninguna circunstancia busquen en internet sobre el caso médico que están viviendo. A pesar de ser el mejor invento del hombre, lamentablemente este medio digital suele ser un tanto amarillista por lo que solo debe ser usado para la distracción o entretenimiento: música, películas, vídeos, humor.
  • Mantener la fe y conexión con lo que creas es vital. En nuestro caso fue con Dios. Mantenernos en comunicación constante con él a través de nuestras oraciones y rezos, así como las de los grupos familiares que se unieron, nos llenó de energía y calma.
  • Y por último, pero no menos importante, es contar con un equipo médico profesional que genere confianza. Siempre le decía a mi pareja: ¿Te gusta el médico, te sientes cómodo con él? Si no, buscamos otro. Pero es importante actuar a tiempo porque esto será como un matrimonio, llevarán una relación por mucho tiempo así que debes tener buen feeling con él? ” .

Cuando el amor supera situaciones difíciles, se consolida, crece y se descubre nuevamente. No se trata de “sacrificio”, se trata de entrega a un sentimiento genuino y espontáneo.

No dejes de leer el blog de Betty, aquí.

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