¿Cómo aprender a ganar confianza y dejar de intentar ser “perfecta”?

Si sientes que no te desarrollas a nivel profesional como te gustaría, experimentas inseguridad y baja confianza en tus capacidades, a pesar de estudiar y perfeccionarte constantemente o incluso dudas sobre tus capacidades para desempeñarte bien en tu trabajo; es altamente probable que hayas vivido una infancia marcada por altas exigencias.

Si creciste en un ambiente con padres o cuidadores altamente exigentes, donde te elogiaban mucho, en un lugar donde debías mantener ese estándar de desempeño y no decaer, tus padres fueron autoritarios y/o perfeccionistas, tus hermanos eran muy exitosos o vivías en un ambiente donde se burlaban constantemente de ti, etc., probablemente hayas desarrollado rasgos perfeccionistas y una alta tendencia a la autocrítica, algo que afecta tu desempeño y autoestima.

 

PERO… ¿CÓMO ESTO INFLUYE EN TU DESARROLLO PROFESIONAL?

Según Randy O. Frost, Patricia Marten, Cathleen Lahart y Robin Rosenblate, autores del libro “The dimensions of perfectionism“, los rasgos perfeccionistas son esa tendencia a establecerse altos estándares de desempeño, en conjunto con auto-evaluarte de forma crítica constantemente, así como estar preocupada por cometer errores.

Ante la crianza exigente, vamos interiorizando que para ser valiosas, debemos “ser perfectas”. Comenzamos a dudar de nuestras capacidades sintiéndonos inseguras y/o insuficientes. En el fondo de nuestro corazón, sabemos que podemos ser buenas en algo, pero no logramos sentirlo y no sabemos por qué.

Pero además, integramos otras creencias limitantes: “no soy capaz”, “soy insuficiente”, etc., Y eso nos lleva a desarrollar rasgos perfeccionistas para sentirnos reconocidas o consideradas valiosas por los demás.

Vivir con esta exigencia y necesidad nos crea altos niveles de ansiedad y angustia, porque siempre estamos sintiendo que no estamos a la altura de lo que se espera de nosotras.

La constante preocupación por cometer errores nos va metiendo en un círculo vicioso. Dejamos de participar abiertamente en actividades por miedo a equivocarnos y ser evaluadas como poco profesionales. Pensamos que seremos rechazadas y así dejamos de dar nuestra opinión, por ejemplo, en las reuniones de trabajo. Esto nos llena de impotencia, tristeza y rabia, porque los demás sí pueden, pero creemos que nosotras no. 

Exponernos lo menos posible a hablar en público, dar abiertamente nuestra opinión o defender nuestra opinión, se vuelve una tarea estresante. El miedo a equivocarnos nos lleva a exponernos lo menos posible a nuevos desafíos, al que dirán y a sentirnos poco profesionales.

SIN DARNOS CUENTA, VAMOS LIMITANDO EL DESARROLLO DE NUESTRO POTENCIAL.

De acuerdo con “Self-Critical and Personal Standards factors of perfectionism located within the five-factor model of personality“, en nuestra cabeza, está esa voz constante de queja de los “tengo que…” o “debo ser…” que nos presiona y desmoraliza con sus exigencias. Aprendimos a autocriticamos sin cesar, lo que nos agota y nos hace sufrirConstantemente estamos evaluándonos y juzgándonos a nosotras mismas sin cesar y sin compasión.

Creer que ser perfecta nos llevará a tener más éxito y por ende mayor autoestima, es falso. Variedad de investigaciones muestran lo contrario: a mayor perfeccionismo, mayor insatisfacción y baja autoestima.

Los sentimientos de fracaso que experimentamos constantemente por la alta exigencia, en conjunto con dudar de nuestras capacidades, no nos permiten evaluar de forma realista nuestro rendimiento ni tampoco ver nuestro potencial. Perdemos espontaneidad, creatividad y flexibilidad ante los nuevos desafíos.

 

¿CÓMO APRENDER A GANAR CONFIANZA?

 

La mayoría deseamos tener certeza absoluta de sentirnos capaces y ante todo seguras de que podemos lograr lo que deseamos. Lo primero que quiero recordarte es que no nacemos inseguras, nos transformamos en eso, y es un proceso, por tanto, podemos revertirlo. 

¿CÓMO? TE DOY ALGUNOS TIPS PARA COMENZAR EL CAMINO:

 

RECONOCE TUS CREENCIAS LIMITANTES

Cada vez que sientas miedo hacer algo, pregúntate: ¿Y qué puede pasar?, ¿Qué significaría esto para mí? Pregúntatelo cada vez que te sientas incapaz, impotente, con miedo a equivocarte o frustrada. Así descubrirás tu creencia central que hoy te limita. Ejemplo: No soy buena en las matemáticas.

RECONOCE CUANDO ESTÉS EN EL MANDATO: “SÉ PERFECTA” 

Cuando te sientes ansiosa, seguramente te mueves por el “Tengo que”. Ejemplo: Tengo que tener toda la información, Tengo que hacerlo bien, No me puedo equivocar, etc. Para un segundo, observa cómo te sientes y toma consciencia de la exigencia que te estás imponiendo y de lo que estás pensando. (Lo que te dices y en qué tono te lo dices; sobre cómo debes ser o hacer las cosas).

AHORA ¡RESPIRA!

Lenta y profundamente, respira. Inhala y exhala durante 5 o 7 minutos. Y cada vez que te distraigas, vuelve a concentrarte en tu respiración, hasta estar tranquila.

VUELVE A LO QUE ESTABAS HACIENDO O POR HACER

Decide ahora desde tu intuición (estomago o corazón) terminar o hacer aquello en lo que te entrampabas. Dite a ti misma por ejemplo: “No hay tal perfección, yo me la invento, terminaré el trabajo o diré lo que deseo decir, lo importante es que esté hecho, no que esté perfecto”. Aunque sea difícil, date permiso para equivocarte, la única que se impone la perfección eres tú misma.

SE CONDESCENDIENTE CONTIGO 

Como lo serías con un niño pequeño que aprende a caminar. A él/ella, no le pides correr inmediatamente. ¿Por qué lo haces contigo?

Y recuerda: Para desarrollar nuestra autoconfianza y comenzar a superarnos a nosotras mismas, debemos a pesar del miedo y la incomodidad, aprovechar las oportunidades y desafíos que se nos dan e ir por ellas y afrontarlas. 

¡Besos y que te vaya bien!

SIGUE A TATIANA MECHASQUI EN EL: @CLUBDELASMUJERESOSADAS

Foto: Pixabay.

¿Quieres recibir información que te empodere?

¡Suscríbete a Asuntos de Mujeres!

¿Qué temas te interesan?
¡Gracias por suscribirte! Recibirás información que te empodera, te hace sentir bien, te da herramientas y te acompaña. Asuntos de Mujeres es un lugar seguro.
Asuntos de Mujeres