¿Quién nos metió esa absurda idea de que la masturbación era mala? En este artículo, la sexóloga Lisbeth Meré (@lisbethmere) no solo nos dice que no es mala, si no que es el mayor acto de amor propio que podemos practicar. Lee más aquí
Desde hace algún tiempo el tema de la masturbación me resulta -por decir lo menos- interesante. Por esto leo, investigo y, sobre todo, practico.
La razón de mi interés -que nació llegada a la treintena- puede que sea porque la descubrí y la experimenté tarde. No porque negara su existencia en esa etapa universitaria rebosante de hormonas y curiosidad, sino porque los tabúes, la vergüenza y el prejuicio pesaban más que mi placer.
Debo sumar a esto, la importante carga socio cultural que supone ser parte de la generación “Princesita Disney latinoamericana”.
El caso es que una vez te liberas del lastre cultural y superas el miedo, no hay vuelta atrás. Se llega al punto de no retorno en el que tu cuerpo toma las riendas y la vocecita monjil y prejuiciada de la razón se silencia.
Al principio, lo entendí como una meta cumplida, como un check en mi to do list; pero poco a poco empecé a sentirlo como una liberación, exploración, sanación y acción recurrente.
En el camino, me desprendí de los tabúes, las falsas creencias religiosas y hasta del marido. Me encontré con información, técnicas, juguetes, literatura y frases como: “Masturbarse es un desahogo para cuando estás solo, pero nada se compara con el sexo en pareja”.
Hoy les vengo a hablar de esto… ¿Consideran la masturbación una relación sexual o la ven como el mero acto de desahogo en solitario?
Si piensan que es un acto para drenar nuestro deseo contenido y que no puede ser entendido como sexo, siento decir, que se están olvidando de la relación sexual primaria y más honesta. Sí, la que es con nosotros mismos, la que es con nuestro cuerpo y con nuestra alma.
Masturbarse es un acto de amor propio y de rebeldía contra los prejuicios que aún quedan en el entorno y en nuestro cuerpo. Es el más sincero acto de autoconocimiento, que ha de ser la base de toda relación con otro.
Y es que, si no conoces tu cuerpo y tus puntos de placer; si no reconoces y canalizas tu energía sexual; si no te abrazas y te sientes con honestidad; si no te reconcilias con tu deseo y cuerpo… ¿Cómo esperas hacerlo con otro de forma plena y satisfactoria?
No puedes vivir y disfrutar en pareja lo que no eres capaz de reconocer y experimentar en solitario. Así que…
¡Sí! masturbarse sí es sexo… Es la relación sexual con la persona más importante y que nos acompañara siempre… es la relación sexual contigo misma.
Más que reflexión, esta es una invitación a reconocerse, a entender y tocar el cuerpo; sentir sus pulsiones sin vergüenza y, sobre todo, a quererse, consentirse y ser nuestras proveedoras de placer, cariño y ¡¡orgasmos!!
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