Mis hijos están por encima de todo

Este texto forma parte un Reto de Escritura Creativa realizado por la periodista y escritora Verónica Toro, quien que se ha dedicado a sacar lo mejor de todos los que quieren expresarse a través de la escritura. ¡Disfruten!

Ese crucero en enero había sido una pésima idea. La agente de viajes había insistido que era una buena terapia de pareja después de haber tenido dos embarazos seguidos en menos de dos años.

Me había refugiado en la maternidad para esconder lo poco que teníamos en común. El silencio del camarote en altamar y el frío de las lluvias constantes se sentían peor con el vaivén del barco y el fuerte olor del brote de leche que aún me salía de los senos.

Era como si mi bebé me reclamara con cada llanto a miles de kilómetros de distancia que lo había dejado a cargo de una niñera. De noche, el dolor de mis pezones se hacía tan insoportable que se confundía con la nostalgia y el vacío enorme que había entre los dos.

En esos afanes de adolescente, en donde solíamos visitar a brujos y videntes en medio de crisis existenciales, alguien me había leído la mano y me había augurado una ruptura sentimental que sucedería en un viaje en barco.

Tal vez fui predispuesta o tal vez tenía la razón, pero reconocer nuestras diferencias hizo que el espacio se sintiera gigante. En éste momento comprendí que iba a ser muy difícil querernos como en realidad éramos y que a los dos solo nos unían unos niños hermosos.

Hoy en día, después del fracaso de mi primer matrimonio y de haber experimentado una lactancia prolongada con mis hijos (5 en total), un poco más madura y con mis prioridades más definidas, dejé un poco la culpa y comprobé que amamantar a los hijos y el permanecer a su lado durante los primeros meses es un acto de compromiso, responsabilidad y amor.

Afianza los vínculos entre madre e hijo, va más allá de los beneficios nutricionales y no conoce prejuicios sociales ni apariencia estética. Proporciona bienestar, salud, seguridad y afecto tanto para la madre como para el hijo y fortalece los lazos de unión para toda la vida.

Aunque hay muchas variables y estilos de vida que hacen que sea difícil la investigación de los efectos de la lactancia, la mayoría de los estudios coincide con que es mejor que la leche artificial y proporciona innumerables beneficios que se extienden a lo largo de la vida.

Para mí, nuestro deber de madres está por encima de la pareja, y de nuestros compromisos laborales y sociales.

Intentar rescatar lo que nunca “había existido”, definitivamente no tenía más importancia que mi rol de madre.

Las relaciones amorosas van y vienen. Los trabajos, deberes y compromisos sociales también. Pero los hijos nacen a través de nuestro cuerpo y siempre permanecen unidos afectivamente a nosotras, así ya no estén.

Entrégales todo el tiempo que puedas a tu bebé por encima de todo y manifiéstale tu amor a través de la lactancia. Con cinco hijos, te aseguro que estos momentos tan especiales y sublimes y sus múltiples ventajas habrán hecho que valga la pena.

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