Ella tiene 87 años y viaja sola de Barranquilla a Bogotá. No me reconoce hasta que le digo ¡abue hola! Nerviosa, me dice: ¡mija! El encargado de traerla en su silla de ruedas y por recomendación, nunca apareció. Le pregunté, ¿Con quién vienes? y ella contesta: ¡a pue! sola, ¿Acaso…