Cada vez más mujeres corren como práctica deportiva. En los parques, en la calle, en solitario o en grupos.
Más que una moda, correr se ha convertido en una alternativa accesible para liberar estrés, controlar el peso y hasta para socializar.
Sin embargo, muchas de las mujeres que se inician en esta práctica con el propósito de bajar de peso, cometen el error de alimentarse como si estuvieran a dieta, antes y después de trotar, lo cual afecta su rendimiento, motivación y salud.
La premisa debe ser: comer para correr y no correr para comer.
Esta práctica deportiva exige mucha energía a quienes la ejecutan, y si tu cuerpo no tiene la suficiente “gasolina” se quedará en la mitad del esfuerzo, lo cual puede producirte frustración.
Si te estás iniciando en este deporte o lo practicas desde hace tiempo y quieres mejorar tu desempeño a través de una buena nutrición, toma en cuenta estos consejos:
Incluye diariamente carbohidratos en todas tus comidas: estos son la principal fuente de energía tanto para tus músculos como para tu cerebro.
En días de entrenamiento normal (trote de media hora a cuarenta y cinco minutos, aproximadamente), come algo antes de salir de casa: una fruta, una galleta tipo María o un pequeño sándwich de pan blanco. Correr con el estómago vacío te fatigará, disfrutarás mucho menos, quemarás menos calorías y utilizarás el músculo como fuente de energía.
En días de carrera, desayuna un carbohidrato de rápida absorción con uno de lenta absorción: por ejemplo, pan blanco con una cucharada de mermelada, media hora antes aproximadamente. No te preocupes por las calorías, las quemarás en unos minutos en la carrera y servirán de energía para que alcances tu meta. El carbohidrato de rápida absorción lo gastarás en los primeros minutos de la carrera y los de lenta absorción te servirán como fuente de energía para el final de la carrera.
Evita que tus carbohidratos previos a la carrera serán integrales: la fibra retrasa la absorción de los carbohidratos, lo que hará que no tengas suficiente energía y disminuirá tu desempeño, igualmente, la fibra puede aumentar el transito intestinal, haciendo que te aumenten las ganas de ir al baño durante la carrera.
Hidrátate muy bien: tomar de 6 a 10 vasos de agua cada día es fundamental para el funcionamiento óptimo del organismo y mucho más para quienes se ejercitan. La deshidratación afecta tu desempeño en carrera, puede producir calambres y dolor de cabeza intenso.
Después de correr haz una comida equilibrada: una comida equilibrada debe contener todos los macronutrientes (proteínas, carbohidratos y grasas) para que tus músculos se recuperen rápidamente; por ejemplo, pudieras consumir un sándwich, más un yogurt con fruta o una arepa rellena, acompañado de un café con leche y una fruta entera.
Para adelgazar corriendo no solo basta la práctica deportiva: una alimentación saludable es el complemento indispensable para perder peso y mantenerlo.
¡Éxito en tu próxima meta!
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