– El Instagram de Berta Bernad –
Corría el año 2017 y la madrileña Berta Bernad tenía casi todo lo que una chica de su edad desea por estos días: una cuenta de Instagram con cerca de 100 mil seguidores, jugosos contratos con marcas de primera línea, reconocimiento de sus colegas y una grandísima proyección internacional.
Pero cuando digo que tenía “casi” todo, es porque le faltaba algo: paz mental.
Entonces, a finales de ese mismo año, tomó una decisión bastante inesperada, abandonaría el ojo público para dedicarse a reconectar consigo misma, y a dar prioridad a lo verdaderamente importante, su salud y bienestar.
A propósito del lanzamiento de su primer libro “Mi nombre es Greta Godoy” (Planeta, 2019), conversé con la exinfluencer y Directora Creativa sobre su vida post redes sociales, lo que ha estado haciendo durante este tiempo y sus próximos proyectos.
He leído tantas cosas de ti: es exinfluencer – que me da mucha risa eso de “ex”-, ahora escritora, periodista, Directora Creativa de tu propia agencia, ¿Cómo te defines tú?
Pues es que es muy difícil definirme, me encantaría ser solo una cosa, pero la verdad, podría estar horas respondiendo esta pregunta, porque he ido evolucionando y reinventándome muchísimas veces en mi vida. Ahora, sobre todo, soy Directora Creativa de Mindlike Studio y escritora.
¿Cómo llevas lo de ser escritora?
Pues lo llevo muy bien, a ver, en el fondo, yo estudié periodismo y siempre, siempre, me ha gustado contar historias; antes era más en formato foto, porque era redes sociales y ahora esto es una nueva aventura totalmente y la verdad es que estoy encantada. Yo ya no me voy de aquí.
Redes Sociales y su influencia en la salud mental
Hablemos un poco sobre salud mental, entiendo que una de las razones por las que dejaste las redes sociales e hiciste ese detox digital fue porque te generaba mucha ansiedad, ¿Qué sentías?
A ver, yo creo que fue un cúmulo de cosas y en el fondo yo no me daba cuenta del daño que me hacía, hasta que lo dejé y empecé a vivir mucho mejor, y dos años más tarde – ahora mismo- , te puedo decir que noto efectos infinitamente mejores, entre ellos mayor concentración en las conversaciones, duermo mejor, tengo más descansada la cabeza cuando acaba el día. Entonces sí que noto muchos efectos.
Yo llegué a dejar la cuenta de Instagram un buen día que fui a un evento con unas amigas y viví todo lo que no me gustaba de ser influencer en una misma noche: Primero me pasó que había unas personas que hablaban de una chica delante de mí, de lo que cobraba, de lo que no, de cómo era, etc. Y en ese momento me di cuenta de que en cuanto yo me girara, iban a decir lo mismo de mí. Luego me di cuenta de que siempre había alguien que tenía interés no en mí, sino en el “poder” que te dan las redes, al final a todo el mundo le interesas por algo.
¿Cuál fue el punto álgido, el momento en el que dijiste “ya, se acabó. Hasta aquí llegamos”?
Recuerdo aquella noche cuando hablé con mi madre, yo estaba muy cansada de todo y le dije “mami, no entiendo qué me pasa. Yo que soy una persona súper feliz, súper positiva, llevo unos meses que no soy feliz. O sea, tengo todo: me invitan a eventos, me regalan todo tipo de ropa, etc; pero al final no sé lo que quiero hacer, ni si quiero estar en este camino”.
Entonces mi madre me sugirió que cerrara Instagram, pero yo al principio me negué, le dije que tenía casi 5 años acumulando esos 98 mil seguidores, y que ellos iban a pensar mal de mí, entonces mi madre me hizo la pregunta que me hizo caer en cuenta: “Hija, ¿quién es esa gente?”
Salirse del mundo “influencer” también significa sacrificar todos los beneficios que tenías (ropa, fiestas, regalos), ¿En algún momento dudaste de haber tomado o no la decisión correcta?
Pues fíjate, más que dudar en volver por esas cosas materiales que, en el fondo, la verdad es que me di cuenta que a mí me daban exactamente igual, o sea nunca me importó llevar una cosa que otra.
¿Cómo se evitan las recaídas?
En cuanto cerré mi cuenta de Instagram, lo primero que hice fue escribirme unos mandamientos y recordar por qué lo había hecho. Porque luego, probablemente, no sabía si mi propia vida, o cualquier marca o lo que fuera, me iba a hacer dudar si volver; entonces me hice mi lista de las cosas que a mí de verdad me habían dolido en toda esa etapa y por qué yo quería volver a conectar conmigo misma, recordar quién era yo antes de todos esos seguidores y etc.
¿Y tú tuviste alguna recaída?
Sí, fue como un año y medio más tarde de haberlo dejado, tuve como un flush y decidí abrir una cuenta personal mía como para intentar ser como mis amigas, porque hice un viaje a Shanghái que me apetecía compartir fotos, ellas llevaban todo el viaje compartiendo fotos y me abrí una cuenta, te juro que fue uno de los peores días de mi vida, de repente me sentí fatal, ya estaba otra vez como con el veneno, estaba todo el rato pensando “¿He hecho bien en publicar esta foto?, ¿Qué pongo en lo siguiente?, ¿A quién sigo?, ¿A quién dejo de seguir?” y me dije “bufff, adiós. Yo esto no lo voy a poder llevar nunca.”
¿Cuándo crees que alguien es víctima de las redes sociales?
Yo creo que alguien es víctima cuando no sabe diferenciar entre las emociones o las relaciones que tiene con esa gente en su vida virtual y su vida real. Te pongo un ejemplo: si alguien está una tarde más triste porque una foto ha cogido menos likes de la media, o porque de repente un amigo suyo ha dejado de seguirle, yo creo que ahí es cuando hay que tener cuidado y ser consciente de que se tiene que tomar Instagram de otra manera, porque al final, muchas veces no corresponde con la realidad.
Hay gente que te muestra muchísimo cariño, te comenta todas las fotos y luego te ve y no te dice nada, y por lo contrario, íntimos amigos que pasan de ti en Instagram, ni te dan like y son las personas con las que hablas constantemente.
Entonces yo creo que para detectar que tiene un problema, el mejor consejo que puedo dar sería que sea consciente de cómo se queda cada vez que cierra el icono de Instagram: ¿te ha dejado mejor?, ¿te ha dejado peor?, ¿qué noticia has consumido?
Sé que no solo te has salido de las redes sociales, sino que tampoco tienes WhatsApp
Fíjate todo lo que se puede hacer sin whatsapp. Yo creo que hago tantas cosas porque no tengo whatsapp. Te juro que no me ha cambiado nada la vida, en realidad, simplemente no estás en el circuito ese tan a mano como todo el mundo. Pero es que a mí ya me va bien, yo es que soy una persona muy ocupada, suena como muy heavy decirlo, pero es que yo cada décima de segundo estoy haciendo algo, entonces no me podía permitir estar tan distraida con los grupos de whatsapp.
Pero entonces decidiste dejar WhatsApp no como parte del detox digital, sino porque realmente te quitaba tiempo…
¡Exacto! Yo en realidad decidí quitar WhatsApp como un año más tarde que el resto de las cosas, y fue porque perdí el celular y me di cuenta de que podía seguir viviendo sin él, la gente me seguía contactando a través de otro móvil que no tenía Whatsapp, así que decidí no bajármelo, probar y pasó como con IG, yo no sabía que iba a durar para siempre: lo probé y decidí que estuve mejor y continué.
Te juro en verdad que no lo hago para que la gente me siga, ni para predicarlo, yo lo hago porque a mí en mi rutina me va mejor, pero a lo mejor a la gente no. Mi madre lo usa un montón y le ayuda a estar conectada con sus amigas. Para mí, es excesiva la información que se comparte en el Whatsapp.
El libro
Mi nombre es Greta Godoy habla sobre una chica de 23 años, que decide cerrar su cuenta de Instagram cuando llega a los 2 millones de seguidores. Guiada por un deseo incontrolable de volver a conectar consigo misma.
¿Cuál es tu intención al escribir el libro?
Yo quería dejar al mundo una obra donde quedara retratado el momento actual que vivimos, o sea, las RRSS nos han cambiado a todos la vida de una manera o de otra. Nos han afectado montón, a mí especialmente, pero a muchísima gente también. Entonces yo quería pues que si en el 2060 alguien se planteaba cómo era la vida en el 2012, pues lo viera; esta es la historia actual de una niña de 23 años que se va a una ciudad como Londres siendo ella de Madrid.
Al final la historia, aunque está disfrazada, tiene un mensaje súper potente, pero también es muy fácil de leer porque es una novela muy rápida y muy actual. Yo quería también en todos los sentidos, hacer una novela con la que los millenial también se sintieran muy identificados.
Con solo ver la sinopsis del libro se hace evidente que Greta tiene muchísimo de ti, ¿Cómo hiciste para poner distancia entre el personaje y tu vida?
Pues mira la verdad es que me ha costado mucho separarlas. Pero llegó un momento en el que mi editor me pidió que reescribiera los 10 primeros capítulos y ahí lo logré, empecé a escribir y a escribir, y el poder separarme de ella me liberó muchísimo, porque contar una historia tan personal al final, tanto para lo bueno como para lo malo, cuesta mucho, porque lo bueno puede quedar un poco pretencioso y lo malo te puedes exponer demasiado.
En alguna entrevista he leído que dices que “este libro ayuda a aprender a valorar lo importante”, ¿Qué es para ti lo importante?
Pues lo importante para mí, al final, es mucho de lo que hay en tu día a día de verdad, no estas vidas tan complejas que llevamos hoy en día todos los seres humanos porque queremos ser un montón de cosas, tenemos muchos objetivos, muchos anhelos. Además, yo creo que especialmente también las RRSS nos hacen querer más, y más y más y creo que al final, lo importante es precisamente lo que no es tan materialista.
También lo importante es tener a alguien que te quiera, ser capaz de tener una vida normal, ser capaz de tener una rutina sana en la cual llegues a tu casa y no estés destrozado. Yo creo que lo importante es además tener una relación saludable con tu familia, darle importancia a toda la gente que rodea, cuidarles, quererles, dedicar tiempo, porque al final, cuidar es dedicar tiempo y cuando tienes una vida tan egocéntrica es imposible.
Sé que estás deseando hacer una película del libro, cuéntame sobre eso
Ser directora de cine es el sueño de mi vida, es mi sueño desde enana, de hecho yo he sido siempre la que en todos los viajes con amigas yo montaba los videos cada mes, hacíamos la premiere en mi casa, a la que llaman la ‘Bertoteca’ porque es el sitio adonde ir cuando no sabes qué hacer.
Claro, todo esto es muy orgánico, ahora – de alguna forma- tengo el guión, porque este libro es súper visual: escrito con descripciones de las cafeterías, los estilismos, el tipo de conversaciones, los diálogos.
Entonces a mí ahora me apetece dirigirlo, estoy componiendo también la banda sonora porque también toco muchísimo el piano desde pequeña, también me llaman Berthoven, es otro de mis apodos.
Ahora lo que te falta es protagonizar la película, porque ya estás en la dirección, la banda sonora, el guión…
¡Total! Sería muy fuerte… aunque no te digo que no (risas), lo fuerte es que yo me atrevería con todo, pero no, no, no sabría ser actriz y no me puedo meter a todo.
A mí me gustaría más quedarme por detrás que creo que ahí es donde creo que está mi gran, gran, gran, gran don y fíjate que en ese sentido yo considero y agradezco todos los días a Dios, que me haya dado tantos talentos especialmente en el mundo de la comunicación, y yo, de vuelta, los pongo a favor de ayudar a la sociedad y a la siguiente generación.
Yo he sufrido montón y lo he puesto todo en el libro, es un acto generoso porque en ese sentido he abierto mis emociones y mis sentimientos para que la gente se identifique con eso y lo naturalice, porque es que todo eso es normal, ¿cómo no lo va a ser?
Pero bueno, el caso es que a mí, directora de cine, siempre me ha apasionado, que creo que además con esta historia que es tan mía, me encantaría poder dirigirla a mí, y yo creo que bueno, vamos a ver cómo funciona la novela y a lo mejor me sale un novio productor.
Para terminar, Berta, ¿Cuál es el mensaje que quieres dejar con Me llamo Greta Godoy?
Al final el mensaje que quiero dejar con Me llamo Greta Godoy no es “ciérrate la cuenta de Instagram”, es “aprende a vivir con ello”, “aprende a establecerte tus tiempos”, “aprende a detectar qué efectos emocionales te crea a ti dentro el excesivo uso de una red social tan adictiva”.