– Bailar es cosa de niñas –
En Be Academy enseñan baile, canto y actuación a niños, niñas y adolescentes. Allí se forman 500 estudiantes, y de esos 500, solo 13 son niños. De esos 10 niños, solo tres de ellos bailan.
“El que lleva más tiempo, es fantástico e impresionante. Su papá lo trae, lo apoya y lo ha apoyado desde pequeño (…) Tenerlo, enriquece a los grupos y las niñas lo adoran”, afirma Mariana Tobón, directora de esta academia, ubicada en Medellín, Colombia.
Mariana sabe que hay muchos niños que quieren cantar y bailar, pero lamentablemente sus papás no los dejan, porque, según ellos, bailar “es cosa de niñas”.
“Pasa mucho que los hermanitos quieren entrar a la clase de baile de su hermanita y la mamá le dice: ‘No, mi amor, eso es solo para niñas’. Yo escucho y respondo: ‘Pero ven, que los niños bailan como niños y las niñas bailan como niñas y no pasa nada’. Y la mamá me responde: ‘¡No, no, mi esposo me mata!’. Y casi nunca las logro convencer”.
Sin embargo, tiene esperanza porque las cosas están cambiando poco a poco, a pesar de la resistencia de algunos papás. Hoy, muchos niños se están animando a bailar y cantar sin que eso signifique un problema para ellos, y la inspiración viene de youtubers y artistas.
Por ejemplo, el papá de Tomás, quien practica teatro musical en Be Academy, me contó lo siguiente:
“Yo soy muy fanático del fútbol y antes de nacer Tomás, yo me soñaba con él jugando y yendo al estadio; pues, haciendo lo que a mí siempre me ha apasionado. Pero Tomás, cuando fue creciendo, le gustó totalmente cosas diferentes al fútbol; es más, el fútbol no le gusta.
Él siempre ha amado cantar, bailar y hacer representaciones, y cuando empezó con esos gustos, lo primero que le buscamos fue que hiciera lo que a él le gustaba, porque esa es la manera de uno apoyar a los hijos (…) Yo no tengo ningún prejuicio de que baile o cante, el niño tiene que ser feliz y hacer lo que le gusta, y nosotros como papás, tenemos la responsabilidad de apoyarlo”.
Así nos enseñaron: Las niñas bailan y los niños juegan fútbol
Hemos aprendido que bailar no es cosa de niños, sino de niñas. Pocas mamás y papás toman la iniciativa de meter a su hijo en clases de danza, porque esta es vista y ofrecida como algo netamente femenino: tutús, ballet, rosado, tul, trusas.
Mientras tanto, los niños practican fútbol como actividad principal y el que no lo hace, es visto como un ser de otro planeta. Lo he escuchado en conversaciones de amigas: “A fulanito no le gusta el fútbol y sus amigos lo hacen a un lado”.
Si a esto le sumamos que el niño quiere bailar y cantar, más raro todavía ¿no? Pero sí, hay niños que adoran las actividades artísticas. Lamentablemente esto genera conflictos en los papás que sienten temor porque su hijo, al salirse del molde dictado por la sociedad, probablemente será víctima de acoso en el colegio ¡Y el prejuicio termina triunfando!
“El género es una construcción social: somos mujeres como nos han contado que deben ser las mujeres. Y los hombres son como les han transmitido que deben ser los hombres”, dice la escritora española Iria Marañón, en su libro “Educar en el feminismo”.
Iria me hace entender que el problema en este caso es el de los estereotipos de género, o sea, modelos de conducta e ideas preconcebidas construidas socialmente sobre el género femenino y masculino.
¿Qué quiere decir esto? Que la sociedad, a través del tiempo, nos ha dicho a niños y niñas cómo debemos sentirnos y actuar, cómo tenemos que vestirnos, cómo tenemos que pensar y cómo tenemos que relacionarnos las mujeres y los hombres.
“En la mayoría de los casos, las familias, el colegio y la sociedad educan a nuestras niñas desde que nacen para ser niñas (rosa, morado, princesas, muñecas, Frozen, maquillaje y baile) y a nuestros niños para ser niños (azul, futbolistas, camiones, superhéroes, Cars, pelo corto, mecánica, etc.)”, añade.
Según Iria, la sociedad presiona a los niños para que mantengan una masculinidad dominante. Por eso, ellos deben ser más competitivos, fuertes, inteligentes y más deportistas.
Quiero dejarles un video para explicarme mejor:
Video: CuriosaMente
¿Por qué creemos que no es normal que los niños bailen?
Tratando de ir más allá sobre este tema, le pregunté a dos psicólogas, por qué ellas creían que muchas mamás y papás se resistían a la idea de que sus hijos hicieran actividades artísticas como cantar, hacer gimnasia, bailar o actuar.
Elisa Peláez, psicóloga, máster en neuropsicología y educación, y una de las creadoras de Growth, me dio varias razones:
- Puede que no haya un interés del niño por el baile, porque hay asuntos genéticos y de biotipo que son innegables sobre el cerebro masculino y femenino.
- De pronto no hay tranquilidad de parte de los papás de mirar el gusto de su hijo por lo artístico, el movimiento, la música y el baile. “A algunos papás les da susto que sus hijos vayan a ser homosexuales o transgéneros, porque como socialmente no han sido aceptados históricamente, la sensación de un papá y una mamá, incluso si no tienen posturas religiosas, es que su hijo va a sufrir en esta sociedad (…) Debemos quitarnos la tara de que las construcciones culturales van a definir la orientación o la identidad sexual. No tiene nada que ver”, afirma la experta, y agrega que eso -si va a pasar-, va a pasar, independientemente de que el niño baile o no.
- Hay un tema de publicidad de las academias, que son responsables de esos estereotipos. Revisemos en las publicidades si hay niños incluidos. Esta es una responsabilidad de parte y parte.
- También pasa que si en la academia no hay casi varones, hasta cierta edad, los niños prefieren estar con los niños y las niñas con las niñas; es un asunto biológico y de identidad que se forma en los primeros años de vida hasta la adolescencia, y ese hecho hace que sea una limitante a la hora de entrar a una clase de baile llena de niñas.
Por su parte, Vanessa Giraldo Martínez, psicóloga creadora de @la_mala_madre reflexiona sobre qué tan tolerantes somos con lo diverso y si realmente estamos siendo inclusivos en casa, colegios e instituciones.
“Es increíble que haya papás y mamás que todavía tienen miedo de que su hijo sea diverso”, dice la psicóloga, y advierte que, mientras más polarizados sigan los roles de género, más consecuencias negativas habrá sobre la sociedad.
Y la experta no miente…
En 2017, el Global Early Adolescent Study, una alianza entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos, llegó a la conclusión de que los estereotipos de género se asimilan desde que los niños son muy pequeños y se arraigan a los 10 años de edad.
El estudio afirma que los riesgos en la salud de los adolescentes están condicionados por temas relacionados con roles de género que se aprenden desde niños.
Estos estereotipos refuerzan, por ejemplo, la idea de que las mujeres deben ser pasivas y los hombres ser independientes y fuertes y esto a su vez hace que las mujeres seamos más propensas al abuso y los niños sean más violentos.
Y lean esto, por favor: “Los muchachos que desafían las normas de género por su vestimenta o comportamiento, fueron considerados por muchos encuestados como socialmente inferiores, y a menudo resultaron intimidados, burlados y golpeados”.
Vanessa Giraldo dice que tenemos que entender cosas básicas como que “bailar es también para niños y ya, es natural, no tiene que explicarse, porque la danza es una expresión del ser humano, no de hombres y mujeres por separado”.
Por si no lo sabías, bailar tiene muchos beneficios
Mariana Tobón me explicó esto: al bailar, trabajas los dos hemisferios del cerebro, y está científicamente comprobado que la inteligencia y la capacidad de resolver problemas que tiene una persona que maneja ambos hemisferios del cerebro, es mayor que quien usa uno solo.
“Todos tendemos a usar más un hemisferio que otro, y eso no tiene nada que ver con el género”, dice. “Aquí trabajamos los dos hemisferios, porque trabajamos lateralidades. Aquí bailamos para los dos lados y al cruzar la línea media o tocar un pie con la punta del otro, por ejemplo, estamos haciendo conexiones neuronales nuevas en el cerebro, que van a facilitar la memoria y la agilidad mental para todo lo demás.”
Y les doy una noticia: ¡Esto sirve para el fútbol y otros deportes! De hecho, hoy muchos clubes deportivos masculinos profesionales tienen al baile como parte de sus rutinas de entrenamiento.
Por ejemplo, los jugadores del equipo Wigan Warrior sub-19 de la liga inglesa de rugby, toman clases semanales de ballet. Según un artículo aparecido en BBC Mundo en 2017, “sus entrenadores dicen que la elasticidad y la fuerza que desarrollan con los movimientos de la danza, les ayudan a aumentar la potencia y a evitar lesiones”. Miren esto:
Mensaje para los papás: Acepten que sus hijos sean lo que son
Este título de arriba viene de una frase que me dijo Mariana Tobón. Es sencillo, papá y mamá: ¡Acepta a tu hijo como es! ¡No lo etiquetes! ¡Permítele probar!
Seamos más sensibles al observar a nuestros hijos, y si tienen intereses y aptitudes para la danza ¿Por qué no meterlos a clases de baile para sacarle provecho a ese potencial?
Y si tenemos temor por lo que puedan decir los demás o porque nuestro hijo sea blanco de burlas y rechazo por esto, tenemos dos opciones: o nos rendimos ante la presión social o empoderamos a nuestros hijos para que sean fuertes a la hora de enfrentarse al desafío de “ser diferentes”. Y nada mejor que sentir la tranquilidad de que, como papás, los vamos a apoyar en lo que elijan para sus vidas.
Para cerrar, quiero decirles esto: Lo que sí debemos enseñar en las escuelas y en el hogar es a respetar las diferencias, normalizar la diversidad y ser inclusivos con el que no se parece a nosotros.
Si tu hijo es acosado en el colegio por su preferencia o identidad sexual, debemos revisar hasta qué punto nosotros los papás, estamos formando ciudadanos intolerantes con la diversidad y seguimos alimentando los estereotipos de género.
Entonces, el problema aquí no es que a tu hijo le guste bailar, el problema es que si seguimos viendo esto como una rareza, difícilmente este niño no podrá expresar lo que quiere con libertad, sino que siempre tendrá miedo de ser señalado por los demás, principalmente por ti. ¿Te vas a quedar quieto o vas a defender a tu hijo?
Escucha a tu hijo, si él quiere bailar, si le gusta cantar, si ama ser actor… ¿Por qué no? ¿Por qué no puede? Comienza a hacer tú la diferencia.