En esta soltería y mi decisión de volver a salir, apareció alguien interesante.
No les digo que me destelló con su guapura, pero sí me conquistó esa noche por ser un bacán y un gran bailarín.
Después de estar parrandeando, el man tratando de darme besos y yo de sacar 500 reglas estúpidas – como cuando tenía como 15 años- de cuándo sí y cuándo no dar besos, finalmente pensé: ¡y qué hijuemadre, le voy a dar besos a este man y ya!
Y fueron buenos besos, y no sólo eso, empezó una “relación” de escribirnos y mandarnos mensajes varias veces al día, todos los días. Y pasó lo que tenía que pasar.
Y sí, fue como montarse en una bicicleta, eso no se olvida. Se olvida es lo delicioso que se siente y la falta que hace… Y ganó puntos. Sí, sé que estaba un poco desesperada; pero no, en realidad el man tiene su talento, no digamos que no.
No es el perfil con el que he salido…. No es el triunfador dominante, egocéntrico y conquistador al que estoy acostumbrada y del que me quiero desacostumbrar. Es el man sensible, inseguro (y ya sabrán cuánto), solidario, empático y cariñoso.
Y puse las reglas claras: no busco novio, no busco nada, si me enamoro bien y si no también. No tengo afán y no quiero terminar de novia de alguien sino hasta que sepa que la cosa sí pinta bien.
Quiero explorar esas relaciones modernas que nunca tuve.
El tiempo fue pasando y yo pensaba que el man se estaba encarretando, conocí a su hermana, amigos y estaba super pendiente…
Llegó el día en que pensé que tal vez le daría la oportunidad, y aunque no estaba convencida, le puse ánimo a la cosa. Y así, un día después de dos meses saliendo, le dije que lo quería ver.
Y hasta ahí llegamos.
Entró en pánico. Colapsó. Que no está listo para una relación. Que no sabe lo que quiere. Que no sabe yo que espero.
La verdad, yo principalmente lo quería ver para el desarrollo de esa actividad conjunta que por lo general es horizontal, pero que tiene varias presentaciones. Y porque me parece un bacán. Pero le colapsó el sistema.
Hablamos, quedamos de amigos y de vez en cuando mandamos uno que otro chat. Para mí es clarísimo que no quiero estar con un tipo que entre en pánico si le digo que lo quiero ver.
Así que si bien no es el man para mí, en poco tiempo me di cuenta de cosas que sí quiero en un hombre.
- Alguien que sepa entender las necesidades del otro.
- Que se esmere en complacerme.
- Que no sea controlador, sino que me deje ser.
- Alguien a quien le parezca un parche (un plan) estar con niños y en plan familiar (de mi familia y no solo de la suya).
- Que no sienta que está perdiendo el tiempo
- Que no busque todo el tiempo llenar mi agenda.
- Que hable de sus sentimientos
- Que sea reflexivo
Eso de un beso no se le niega a nadie, creo que tiene sentido; yo tuve cero interés en el tipo, pero cuando me di la oportunidad, pude conocer cualidades que quiero en alguien, y sobre todo, pasar sabroso porque si no entonces ¿pa’ qué estamos?
Cuéntame ¿Te ha pasado lo mismo?
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