¿Vivimos en la generación de merecerlo todo?

Nuestros adolescentes viven en una realidad social de sobreprotección y cero exigencias.

Recién graduado de la universidad, Sebastián ya tiene carro nuevo, no se preocupa por gastos de renta ni alimentación, tiene ropa de marca y un celular de última tecnología. Lo tiene todo sin preocupación ni exigencias laborales.

SEBASTIÁN TIENE AL MEJOR “JEFE” DEL MUNDO: UN PAPÁ SOBREPROTECTOR.

Cada vez son más los jóvenes que viven en casa a expensas de sus padres, huyéndole al compromiso y las obligaciones que implican vivir fuera del nicho familiar. Esta situación, que suena “tranquila”, sólo promoverá una generación de adultos inútiles, inseguros y dependientes.

Pareciera que viviéramos en la “Generación de merecerlo todo”, donde los niños y jóvenes se muestran súper débiles, se traumatizan fácilmente, se deprimen y frustran con facilidad, no saben luchar y hasta se suicidan cuando sienten que las cosas no resultan como esperan.

Les hemos quitado a nuestros hijos la gran capacidad de postergar la gratificación, sentimos como padres, un deseo inminente de no verlos sufrir, de satisfacer todos sus deseos y complacerlos a como dé lugar, sin darnos cuenta que el daño que les hacemos es posiblemente Irreversible. Les enseñamos a los hijos a recibir y nuestra función como padres, es dar.

Les estamos enseñando a no agradecer, a no reconocer el esfuerzo y el valor de las cosas que se consiguen con esmero y dedicación, estamos formando una generación de jóvenes sin expectativas, sin motivación para esforzarse porque se lo damos todo. Estamos formando jóvenes tiranos que no sienten la necesidad de esforzarse para lograr sus metas.

Nuestra tarea va más allá de permitirles vivir en casa por el resto de sus vidas. Esta tarea implica involucrarse y ser generadora de motivación y esfuerzo alentando en ellos la necesidad de “salir a vuelo” por si mismos.

El valor del respeto por uno mismo comienza en casa, orientado a la gran satisfacción que corresponde lograr lo que se quiere con esfuerzo y perseverancia. ¿Lo estamos haciendo?

Nuestros jóvenes se están formando con la percepción de que no hay consecuencias para las malas acciones, lo que refuerza su actitud egoísta de quererlo conseguir todo sin la más mínima dedicación.

ASÍ QUE TOMA EN CUENTA:

  • Educa a tus hijos desde pequeños en el invaluable valor del respeto por el otro, por la diferencia.
  • Acuerda con ellos normas de convivencia en la casa. Los hijos tienen derechos, pero también obligaciones con quienes viven y con su entorno.
  • Ayúdales y motívalos a esforzarse por lo que sueñan. Esto los hará adultos responsables y perseverantes.
  • Analiza lo que te impulsa: Si vas a comprar algo que tu hijo te pide, piensa… ¿Realmente lo necesita?
  • Diles que NO cuando su demanda puede esperar. Esto le ayuda a generar mayor tolerancia a la frustración.
  • Ser su mejor amigo desdibuja su rol y los confunde.

Nuestros hijos no van a “traumatizarse” si no tiene lo que desean en el momento en que lo exigen. Recuerda que estamos inmersos en la cultura de la inmediatez y no hay que alienarse con ella.

Recuerda que “la ruta más fácil” con nuestros hijos, no siempre es la mejor.

(Reflexión basada en la cinta Mexicana “Nosotros Los Nobles”)

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Foto: Boudewijn Huysmans en Unsplash

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