“Sólo tengo 5 minutos para hablarte” (una migaja)
“Ahora no tengo tiempo para verte” (otra migaja)
“Mañana te llamo, corazón” (otra migaja)
“Hoy no puedo verte, mi amor” (otra migaja)
“Tu vida no me importa; escúchame a mí” (otra migaja)”,
“Sí, habíamos quedado pero me surgió algo más importante, mi sol” (otra) y otra y otra y otra, que “supuestamente” van trazando un “CAMINO A CASA” (donde nos sentimos “cómodos”) y lo van trazando es un “LABERINTO” que marea, confunde y no te lleva a ninguna parte.
¿Cuántas veces hemos sido testigos de frases como esas en nuestra propia vida y no hemos hecho nada? No damos un portazo, no decimos ADIÓS, no decimos ni siquiera que esto nos molesta (porque molesta ¿o no?).
Solo esperas que ese “SER” aparezca cuando “pueda” tener “tiempo para ti”.
La casita de chocolate
Muchas veces nos atrevemos a vivir experiencias con hombres o mujeres que, en apariencia, se hacen ver a sí mismos como “LA CASITA DE CHOCOLATE”… Esa casita que se come cuando se tiene hambre, que sube la serotonina y que es golosamente excitante.
Son hombres y mujeres que solo comparten sus migajas contigo, hombres y mujeres a los que no les interesas lo suficiente como para querer compartir “de verdad” su tiempo contigo. Tal vez, aceptamos las migajas del cortejo, la de la palabra bonita, la del sexo por sexo, la de la llamadita para pasarte la manito (para que te quedes quieta un tiempo sin quejarte) y tú, crees que, de migaja en migaja, vas uniendo los pedacitos hasta completar el PAN que te quieres comer completo… Pero no, así no funciona.
Esos micros de “ilusión” nos descargan, nos agotan y nos cansan. Esas mini historias funcionan como el ilusionismo puro y duro…Y tú lo sabes, desde el principio lo sabes, pero el “chocolate” es adictivo y caes, una y otra vez (y solo tú tienes la potestad de ponerle el freno a la adicción).
Hace unos días mi hermana me envió este pensamiento (busqué por todos lados su autor pero no lo encontré):
“Hoy aprendí que quien no te busca, no te extraña y que quien no te extraña, no te quiere. Que el destino determina quién entra en tu vida, pero que tú decides quién se queda. Que la verdad duele una sola vez y la mentira cada vez que la recordamos. Que hay tres cosas en la vida que se van y no regresan: Las palabras, el tiempo y las oportunidades. Por eso valora a quien te valora y no trates como prioridad a quien te trata como opción“.
Hace como un mes conversaba con una amiga que me dijo que se podía, de vez en cuando, vivir experiencias así, siempre y cuando no te afectaran directamente. Si sabes que esa es la situación, puedes aceptarla maduramente y vivirla si complicaciones, pero cuando te comienza a doler el estómago con cada desplante, hay que actuar.
Eso es fácil decirlo, pero ponerlo en práctica es más complicado y más cuando estás inmersa en ese tipo de situación. Creo que el remedio para evitar las “propinas del otro” es OCUPARSE DE UNO MISMO, quererte cómo quieres que te quieran.
¿Quieres besos? Bésate tú, ¿Quieres cariño? Abrázate tú, ¿Quieres amor? Regálatelo tú, ¿Quieres tiempo? Pasa tiempo contigo (eso también me lo dijo mi amiga sabia).
Es como mágico, cuando comienzas a hacerlo, no aceptas las migajas, aceptas invitaciones a cenas completas, con velitas y postre de chocolate. Yo lo estoy poniendo en práctica y los “benefactores” se alejan solos de mi vida.
¿Comenzamos hoy?
¿SABÍAS QUE EVLIN DE @PORMISTACONES TIENE UN AUDIOLIBRO?
CON LOS TACONES BIEN PUESTOS, LIBRO Y AUDIOLIBRO DISPONIBLE AUDIBLE
ITUNES Y AMAZON: (AUDIOLIBRO,EBOOK E IMPRESO)
TAMBIÉN PUEDES LEER SU BLOG AQUÍ
Nos hemos dedicado a entender qué necesitas, para solucionarlo a través de herramientas, ejercicios y consejos hechos solamente para ti.
Todo esto ha resultado en entrevistas buenísimas, que te darán las claves para vivir mejor e inspirarte.
Así que cada semana tenemos un video con un especialista, celebridad o experto diferente.
Si te gusta nuestro trabajo, entra a nuestro canal AQUÍ y suscríbete
¡Así nos ayudas a seguir existiendo!