Ese agotamiento crónico que ya no te deja vivir, se llama “burnout”

Estoy cansada y estresada.

Hoy comienzo mi artículo con una cita de Sydney J. Harris que me encanta: “El tiempo para relajarte es cuando no tienes tiempo para ello”.

Esta cita me recuerda que cuando siento que el estrés y la ansiedad van más rápido que yo, es el momento de pararme, serenarme y cambiar de canal de tránsito; de esta forma no permito que ninguno de los dos trastoquen mi ruta por la vida y me lancen encima al señor Burnout.

Actualmente, el estrés, la ansiedad y el agotamiento físico, mental y emocional, conocido como “Burnout” o “Síndrome de estar quemadx”, es uno de los problemas psicológicos más comunes que atraviesan las personas.

La falta de tiempo, las imparables carreras de cada día y la “urgencia” de siempre cumplir con todo, pase lo que pase, forman parte nuestra cotidianidad, tanto así, que algunas veces las cosas, aunque sean sencillas de hacer, nos parecen objetivos inalcanzables.

Ya hace varios años la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó dentro de su Clasificación Internacional de Enfermedades alburnout”, señalando que “es un síndrome derivado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no fue gestionado con éxito”.

Y cuando hablamos de lugar de trabajo, yo pienso que tanto la oficina como la casa son lugares de trabajo, y en este último espacio también hay un gran número de labores por hacer que muchas veces son invisibles para los demás, pero igualmente agobian y estresan de formas inimaginables.

Y si nos vamos un poco más allá y pensamos en qué es lo que hace que el burnout llegue a nuestra vida, o en otras palabras ¿qué causa el burnout?, surgen múltiples respuestas, tales como: estrés crónico en el trabajo, desgaste o cansancio emocional, exceso de trabajo, malas condiciones laborales, trato inadecuado, menosprecio o acoso de amigos o compañeros y dificultades para conciliar la vida laboral, social y familiar, entre otras causas.

Cuando permitimos que el burnout llegue a nuestra vida, el agotamiento y la sensación de falta de energía se vuelven constantes, los sentimientos y pensamientos negativos con respecto a las cosas que nos ocurren nos molestan con más facilidad y comenzamos a distanciarnos mentalmente de las cosas que nos gustan.


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El burnout y mi experiencia personal

Cuando siento que el estrés comienza a estar más presente en mi vida, empiezo a sentirlo más fuertemente en alguna parte de mi cuerpo, por ejemplo, me duele la cabeza o el cuello.

Pero gracias a mis estudios y ejercicios de Happiness y Mindfulness, me llega un aviso a mi cabeza diciéndome: “HEYYYYY, STOP, STOP, STOP; detente YA, haz una pausa de tres o cuatro minutos y no dejes que este señor te alcance”.

Por ejemplo, yo cada vez que necesito pararme y puedo oír una canción, escucho “Una loba como yo no está pa’ tipos como tú”, de Shakira; o “Viva la vida”, de Coldplay, dos canciones que me encantan, me relajan y hacen que me sienta lista otra vez y con las baterías recargadas para seguir con mi maratónico día.

Ah, y te confieso que, claro, después de 10 años practicando y enseñando estas técnicas, ya mi cabeza y mi cuerpo me “alertan” de cuando debo hacer esa pausa, pero al inicio, era Google Calendar quien me avisaba que debía parar. Por algo se comienza, ¿no?

Así que pon un aviso en tu calendario electrónico, haz algunos de los ejercicios que te voy a compartir más adelante y observa si ya estás entrenándote para cambiar de canal rápidamente y así evitar que el Sr. Burnout te domine.

Sé que muchas veces pensamos que no tenemos tiempo para ocuparnos de nosotras, de nuestra salud y de nuestra tranquilidad, pero empezar tranquilamente a hacer “3 STOP, de tres o cuatro minutos cada día” no es muy difícil.

Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que en mi recorrido por la vida, ya aprendí y soy capaz de cambiarme de canal del “estar quemada” y, honestamente, me encanta el cambio.

Ejercicios para evitar que el burnout se adueñe de ti

Quiero compartir contigo tres rápidos y sencillos ejercicios. Hazlos para no dejar que tu estrés se vuelva crónico y llegue el burnout.

Son fáciles de hacer y lo único que necesitas es estar más alerta cuando tu cuerpo empiece a hablarte, por ejemplo, que no tenga que avisarte el viernes en la noche, que no aguanta el dolor en el cuello, la cabeza o en alguna otra parte, y que tienes que ir a la farmacia o llamar al doctor. ¡Aquí van!

Corazón presente

  • Pon una mano encima de la otra apoyándolas sobre tu corazón.
  • Cierra los ojos.
  • Presta atención a las sensaciones y emociones que aparezcan mientras tomas tres respiraciones.
  • Hazlo varias veces y observa qué sientes.

Deseos amorosos y cariñosos

  • Pide un deseo amoroso y cariñoso para alguien que te importa mucho.
  • Pide uno para ti.
  • Pide uno para alguien que te molesta.
  • Al terminar, felicítate por ser una fuente de hermosos deseos.

Música presente

  • Escoge una de tus canciones favoritas.
  • Escúchala y presta atención a todos los pensamientos y emociones que se asoman mientras la estás escuchando.
 Nota: adaptación de Growing Mindful, del Dr. Chris Willard y Mitch Abblett.

Cuando practicamos en nuestro día a día estos sencillos ejercicios, nos preparamos y alistamos para combatir el burnout.

Nota: cualquier pregunta o consulta, ¡escríbeme!

Zoramar Oviedo Gallo.

Happiness Trainer Certificada por HAS

Mindfulness Instructor (REBAP)

www.zoramaroviedogallo.com
Instagram: @zoramaroviedo
YouTube: zoramaroviedogallo
LinkedIn: Zoramar Oviedo Gallo

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