A veces la pareja puede estar viviendo un momento difícil en alguna (o algunas) áreas de su vida. Las razones pueden ser muchas: un traspié laboral, un duelo, una depresión, etc.
En este contexto la carga puede ser tanta, que le cuesta mucho afrontar su vida y salir adelante.
En general, luego de un tiempo, la persona va sanando y se recupera. Pero…
¿Qué pasa cuando tu pareja se abandona a sí misma, y tenés que sostenerlo de manera permanente?
Estoy hablando de cuando pasa mucho tiempo y ves que se dio por vencido. ¿Cómo manejás esta situación? Parece ser que el deber como pareja es sostenerlo, pero a la vez es muy agotador.
Es una situación que genera mucha frustración y desgaste. Intentás de todo, pero no sabés cómo hacer para que reaccione. Navegas entre momentos de culpa por pensar en dejar de cargarlo y otros de rabia por estar haciéndote cargo de algo que reconocés que en parte es injusto.
La pregunta es ¿Cuánto más vas a poder resistir esta situación? ¿Sos consciente de los costos que estás pagando?
Está claro que, como pareja, es natural que quieras darle apoyo y contención. Obviamente querés que ella o él estén bien. Es muy duro ver sufrir a las personas que queremos y no poder hacer nada. Cuando hay hijos aún es más duro. Ellos son muy sensibles a este tipo de situaciones y de algún modo u otro van a ayudar a sostener.
Pero si no lo hacen, empiezan a manifestar distintos síntomas y la situación es bastante complicada ¿Cómo hacer en un caso así?
Encontrar el equilibrio en la ayuda
Estamos en un buen lugar, en equilibrio, cuando apoyamos a la persona sin sostenerla de más. Si te excedes ayudando, te vas a dar cuenta porque empezás a cumplir un rol de mamá o papá.
Esto no es bueno para la relación, porque él o ella pasan a ser tu hijo o hija, y deja de existir una relación de pareja. Aquí es cuando se pierde en gran parte la admiración. Tampoco te sorprendas si desaparece la tensión sexual, ya que el cambio de rol de pareja a hijo/a, da lugar a un incesto emocional.
Es muy difícil que haya una sexualidad fluida sin admiración por el otro y dentro de una dinámica de relación padre/hijo.
Hasta acá toda tu atención está en tu pareja, literalmente como con un hijo. Estás siempre pendiente de él/ella. Su trabajo es recuperarse y salir adelante. Pero… ¿Qué pasó contigo?
Por culpa, lástima o esperanza de que puedas “salvarlo o salvarla”, quizás te hayas perdido de lo más importante: ¡Enfocarte en tu propia vida! Aquí podés tomar consciencia de que a veces estar tan pendiente de los demás, es también una excusa para no hacernos cargo de lo que nos toca a nosotros. Esto pasa muuuuucho (y no estoy exagerando con las “u”).
Volver el foco a ti
Te sugiero apartarte un poco. Ver si tu pareja se puede sostener solo/sola. Recordá que tu función no es de padre ni de madre, lo podés apoyar, pero si no se sostiene solo te toca respetar su proceso y aprendizaje. A veces, parte del proceso es dejar que nuestra gente querida coma la mierda suficiente que necesita para aprender. Hay gente que hasta que no toca fondo, no reacciona. En un momento es fundamental correrse y dejar que cada uno se ocupe de lo que le corresponde.
Tu foco principal tenés que ser vos. Mientras más auténtica seas y más te hagas cargo de tu propio proceso, entonces ayudarás más a la gente que tenés alrededor.
Te dejo una pregunta final. Si sos de ayudar y cargarte mucho a los demás. ¿Qué historia dinámica emocional estás repitiendo? ¿A cuál de tus padres quisiste salvar porque no lo viste capaz? ¿A cuál te cargaste de una manera u otra? Miralo con atención. Seguramente estés repitiendo este vínculo con tu pareja.
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