A lo largo de nuestra existencia, se nos presentan situaciones que nos hacen sentir diferentes emociones y sensaciones. Estas emociones producen pensamientos, y estos pensamientos, acciones y consecuencias.
Nos apegamos a personas, situaciones, emociones y objetos. Pero todo esto cambia constantemente, entonces, cuando nos falta algo, por ejemplo, perder nuestro empleo, que nos roben algo material o terminar con nuestra pareja, entre muchas otras cosas, nos genera insatisfacción, dolor y angustia.
Nos sentimos felices cuando estamos cómodos, pero al terminar esa “comodidad”, se acaba nuestra supuesta felicidad. Nos apegamos a alguien o a algo, y cuando eso no está o se pierde, llega el sufrimiento, algo conocido en términos budistas como Duhkkha.
Entonces Dhukkha (escrito en pali, antigua lengua indoeuropea de La India), se podría traducir como “espacio de pena”, y hace referencia también a lo poco confortable, a la incomodidad, al dolor, al descontento o al sufrimiento. Son sensaciones que pueden ser físicas, mentales o espirituales.
En el budismo existen cuatro nobles verdades que tienen que ver con el sufrimiento o Duhkha.
No voy a entrar en profundidad a explicar cada verdad, pero resumo según mi manera de entender, que la causa de nuestro sufrimiento se debe al deseo constante de tener algo para ser feliz, deseo a lo material, deseo a las sensaciones, deseo a la existencia, apego a las personas, etc.
Y todo lo anterior es impermanente (no dura para siempre o cambia).
Nos sentimos “felices” porque tenemos un excelente trabajo, pero si lo perdemos, sufrimos y nos quedamos pegados ahí.
Nos sentimos plenas, felices y completas al estar con alguien, pero si se va, sufrimos y perdemos la esperanza.
Creo que hay que entender primero que nada de lo que nos rodea es permanente, que las cosas pueden cambiar, que todo lo que llega, en cualquier momento puede dejar de estar. Sufrimos porque le damos valor a lo que no es relevante para nuestra existencia. Claro que es normal darle importancia al trabajo o a la pareja, pero debemos saber que en cualquier momento estos pueden dejar de estar ¿Y entonces?
Superamos el sufrimiento cuando dejamos ir el apego al placer como única forma de ser felices y cuando entendemos que aceptar las cosas como son nos hace liberarnos de la necesidad de controlarlas.
¿Qué tiene que ver todo esto con el yoga? Sigue leyendo si te resuena mi visión.
Creo que todos hemos vivido momentos de Dhukha o sufrimiento, porque siempre andan rondando por ahí esos espacios de incomodidad o esos pensamientos que nos generan cualquier sensación poco grata, tanto fuera o dentro del mat.
En nuestra práctica, por ejemplo, existen posturas que nos encantan que son super cómodas para nosotros; pero hay otras que nos hacen sentir vulnerables, incómodos y fuera de nuestro confort.
Algo que amo de la práctica física del Yoga, es que nos muestra de manera inconsciente nuestra forma de actuar ante la vida, reaccionamos instintivamente ante lo que es poco agradable.
Es un reflejo, no me siento bien, me alejo, me pellizco y reacciono. Lo ves en el Yoga, cuando se está practicando asanas y las personas entran a una postura que es muy incómoda.
Aquí se presentan diferentes reacciones, hay los que ni siquiera la intentan, hay los que, a pesar de sentir incomodidad se mantienen observando y respirando, existen los que a pesar de estar fuera de su confort respiran, observan hasta abrazar y trascender esa incomodidad y otros que salen lo mas rápido que puedan de ella, una respiración y fuera.
Y así como actúas en el mat, lo haces fuera de tu esterilla, frente a las circunstancias de la vida. ¿Te habías dado cuenta?
Te doy otro ejemplo:
Hay posturas que nos encantan, profesores que amamos, un lugar favorito en el salón de yoga, pero ¿Qué pasa cuando un día no podemos llegar a hacer la postura favorita por cualquier motivo? ¿Cómo te sientes cuando llegas al estudio y te das cuenta de que la clase la va a dar otro profesor? O ¡terrorrrrrr! Hay alguien que colocó su mat en “tu espacio” ¡Se acaba el mundoooo!
Te sientes fuera de confort, te frustras, molestas, te sientes triste, todo se resume al sufrimiento “Duhkka”
Y… ¿Cuál es tu reacción frente a los momentos de pena, dolor o angustia? ¿Cómo te tratas en esos espacios de incomodidad? Dhukkha siempre puede estar presente en nuestra vida, pero se trata de entender que todo cambia, todo se transforma, que los espacios de incomodidad siempre van a estar, debemos aprender a contemplar los espacios de insatisfacción, esas emociones agradables y desagradables, entendiendo que no son permanentes, intentando no huir de ellas.
Todo se podría resumir al dejar ir, entregarte al flujo, dejarte llevar por las circunstancias, hacer lo que esté a tu alcance para cada día vivir mas a plenitud y no en modo automático. Aceptar.
Nuestros cuerpos están en constantes cambios, nuestros pensamientos no son fijos, los días pasan y el tiempo es relativo, el ciclo de vida y muerte no para, entonces ¿Para qué quedarnos pegados en algo que sabemos que no es para siempre?
Sí, disfruta de tu vida, haz todo lo que tengas a tu alcance para logar tus metas y prosperar en tu vida. Ama y haz que te amen, sé sincero, actúa de la mejor manera posible y encuentra la felicidad en ese ir y venir. Agradece, busca una práctica espiritual que te eleve, que te llene y que te lleve a entender la conexión con el todo.
Haz lo que esté en tu realidad para vivir en estado de amor, felicidad y gozo.
¿Podríamos ser seres compasivos si no nos identificáramos con el sufrimiento?
Gracias por leerme.
Abrazos de Luz.
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