Hace tiempo trabajé en la revista panameña “Mía”, y su editora me asignó hacer un artículo sobre las mejores posiciones de yoga para hacer el trabajo de parto.
Investigando por un lado y por el otro, encontré a Jimena Mosquera, educadora prenatal, especialista en yoga prenatal y fundadora de PanaMamá, una organización que ofrece servicios de parto humanizado y asesorías para mujeres embarazadas.
La llamé y le conté lo que necesitaba hacer. En resumen quería que ella, con su experiencia, me dijera cuáles eran los mejores ejercicios para ese momento.
Cuando hablamos, me dijo que sí había muchos ejercicios, pero que para ella, lo más importante era que la futura mamá se sintiera bien emcoionalmente. Sin eso, no había ejercicio ni posición de yoga que valiera la pena.
Para aquel entonces, yo aún no planeaba ser mamá, y no entendía bien lo que ella quiso decirme; pero cuando me estrené en el rol y pasé por una dura depresión postparto, inmediatamente me acordé de esta mujer.
Jimena me dijo que antes de dar a luz, era necesario soltar los miedos, y eso se podía lograr con yoga, meditación, respiraciones y una conexión especial con uno mismo (que uno comienza a perder sin darse cuenta). También me dijo que las mujeres teníamos que lograr conectarnos con nuestro cuerpo, porque muchas no lo estábamos; por eso, me recomendaba darle amor a mi cuerpo, que significaba, al mismo tiempo, darle amor a mi bebé.
“La mamá puede ser muy fuerte, pero si no está bien consigo misma, no estará bien para el parto”, agregó.
Ese día, ella me enseñó un ritual para despedir mi vida del pasado.
Se trata de una despedida interna que se hace los últimos días del embarazo. Es despedir tu vida, la que tienes antes de tener a tu bebé.
¿CÓMO HACERLO?
- Escribe una carta donde describas tu vida, cómo es, qué te gusta hacer, tus intereses, tus pasiones, tu música y tus libros favoritos, entre otras cosas.
- Agradece todo lo que te ha pasado hasta ahora, lo bueno y lo malo; todo lo que te ha servido para aprender y crecer.
- Haz algo que te guste mucho: vete a la playa, a un parque, a un café, toma una clase de yoga, sal a comprarte algo; pero sobre todo, sal a compartir contigo misma. Tú contigo.
- Lleva tu carta.
- Con esa carta, despídete de la mujer que eres, para darle la bienvenida a una verdadera transformación, en la que sin necesidad de perder tu identidad, agregarás valor y tu dinámica de vida será distinta.
- Háblate, escribe en tu carta que no pasa nada por sentir miedo, que guardas algunas expectativas, que sabes que tu vida cambiará; pero que estás abierta a los cambios y tendrás paciencia.
- Suelta todo (quema tu carta) y dale la bienvenida a ese nuevo ser que viene en camino. Dile que lo esperas con amor y con los retos que te toque vivir.
- Cuatro días antes del parto, llénate de frases afirmativas: “Todo va a salir bien, estoy en paz, estoy abierta”.
Fue una lástima recordar tan tarde este episodio de mi vida después de haber tenido a mi hija. No sé si haberme despedido de mi vida anterior me habría liberado de tantas angustias, pero sí sé que ser más conscientes de que la vida cambia y tenemos que aprender a cerrar ciclos, nos ayuda a liberarnos de frustraciones futuras y de un pasado que no volverá, pero que se transformará de forma maravillosa. Al menos, compartir esto me reconforta.
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