Mi pareja casi me mata… Pero, yo volví con él

violencia

Escuchar historias de maltrato contra las mujeres se ha convertido en algo común. Lo interesante de esto es que muchas víctimas, luego de la agresión, vuelven con sus agresores. Este fenómeno se llama “El espiral de la violencia” y muchas mujeres se han visto envueltas en él. En este artículo, una de las fundadoras de Asuntos de Mujeres, Patricia Rosas-Godoy (@patrirosasgodoy)  nos habla sobre el mismo.


Las historias de maltrato contra las mujeres y feminicidios en el mundo van en aumento.

Pero es curioso que muchas de las víctimas, después de ser agredidas por sus parejas y denunciar la agresión, siguen relacionándose –y hasta conviviendo- con éstas.

Hace poco me encontré con el caso de la politóloga colombiana Beatriz Torres, quien en 2012 mantuvo una relación sentimental con un hombre que le pegaba hasta quedar inconsciente.

Torres contaba como tres episodios de aparente arrepentimiento y muchas promesas, ella decidía darle una nueva oportunidad, hasta que volvía a repetirse el ciclo.

Y es ahí cuando surge la pregunta del millón: “¿Por qué volvió con él?”

De hecho, hay quienes suelen dudar de la veracidad de las acusaciones y denuncias, porque “por lógica”, nadie quiere estar con alguien que le maltrate; es más, si ella sigue con él “será por algo”, dicen algunos.

Pues, lo primero que deben saber, es que “la lógica” no aplica en estos casos y que una mujer vuelva con su agresor, es mucho más común de lo que se imaginan.

También hay que resaltar que la decisión de regresar con el maltratador no tiene nada que ver con la situación socioeconómica o el nivel de estudios de la víctima: pasa en todos los estratos.

Investigando sobre el tema, me encontré con la teoría de “El Espiral de la Violencia”, que explica que el maltrato no es al azar o constante, que más bien ocurre en ciclos repetitivos, compuestos por cuatro fases, que podrían tener un lapso de tiempo de algunos meses de duración.

Las fases son:

Fase 1: (Tensión): Los momentos de tensión van en escalada, se destruye la comunicación y la víctima siente la necesidad de apaciguar la situación.

Fase 2: (El incidente): Abuso verbal, emocional y/o físico. Enfado, acusaciones, discusiones, amenazas e intimidación.

Fase 3: (Reconciliación): El abusador se excusa, da excusas, culpa a la víctima, niega la existencia de abuso o asegura que no ha sido para tanto.

Fase 4: (Calma): Se olvidó el incidente y por los momentos, no hay violencia

Para la psicóloga Belén Crespo, psicoterapeuta individual y de grupo en Madrid, España: son muchos los factores que hacen que una mujer vuelva con un hombre que la ha maltratado. 

La esperanza de que esa persona vuelva a ser lo que era y nuestra relación vuelva a la normalidad, hace que en la espera, nos atemos a veces, con un hilo muy fino pero resistente.

Por eso escuchamos a menudo a nuestras conocidas decir cosas como “está pasando una mala racha“, “tiene muchos problemas” o  más adelante, incluso “no debí hacerlo porque sé que se enfada” responsabilizándose poco a poco del maltrato recibido”.

Otro factor a tener en cuenta es el desgaste del autoconcepto y la autoestima.

No olvidemos que estas mujeres viven con mensajes dañinos y anuladores constantes, que forman y refuerzan en ellas que, sin su maltratador, no valen nada y no podrán funcionar sin ellos.

Sumado al aislamiento social y la falta de espejos sanos en los que mirarse, la idea de que no merecen nada mejor se hace fuerte e incluso incuestionable en ellas.

Luego de un par de vueltas al ciclo, empiezan a aparecer los síntomas del “Síndrome de la mujer maltratada”, una teoría de la doctora Leonor Walker, que explica cómo la mujer que ha experimentado la violencia, queda incapacitada para controlar su voluntad. Esto es lo más parecido al Síndrome de Estocolmo o a un lavado de cerebro.

Según Crespo, para recuperarse después de haber sido víctima de maltrato “es necesario un sistema de apoyo integral y multidisciplinar que faciliten a estas mujeres a construir una vida más allá del maltrato. Desde lo psicoterapéutico creo que es importante añadir que la recuperación incluye aceptar y comprender lo vivido, pero nunca olvidar. No es posible olvidar algo así, pero sí que podemos servirnos de estas experiencias para no repetirlas y, sobre todo, para seguir mandando un mensaje a las generaciones siguientes. La educación es una parte esencial en la que ciudadanos, profesionales e instituciones debemos trabajar”

Mi intención al escribir este artículo es alentarlas a ver más allá de lo evidente. La víctima debe saber que no será juzgada, por el contrario, tendrá siempre el apoyo de su círculo más cercano, así esté metida de cabeza en una espiral de violencia.

Si eres víctima de violencia y necesitas ayuda o quieres contarnos tu historia, escríbenos a: hola@asuntosdemujeres.com

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