Últimamente, las palabras resiliencia y reinvención son muy usadas para decirle a la gente cómo “encontrar la felicidad”; pero… ¿Qué pasa cuando esto se convierte en una presión más y no respeta los ritmos de cada persona? ¿No será mejor aprender a encontrar la belleza inesperada en las cosas que nos suceden (por malas que sean)? De esto escribe Mariana.
AMOR, TIEMPO, MUERTE…
Para las personas que vieron la película “Belleza inesperada” , sabrán y reconocerán, tanto el título como las tres primeras palabras que escribí al principio, y que hacen alusión a partes muy importantes de este film. No entraré en detalles para no hacer spoiler.
Échale un vistazo al trailer de “Belleza Inesperada”
Cuando “reinventarse” o “resiliencia”, se vuelven palabras difíciles de digerir
Muchxs pensarán que estos son tiempos de reflexión, de encontrarse, reconocerse o de REIVENTARSE, una de las palabras que más está de moda en estos momentos, y que al mismo tiempo, personalmente, me genera un sentimiento, más de aversión que de cualquier otra cosa.
Pero en realidad, más allá de lo que el 2020 ha traído y ha acelerado, los momentos coyunturales en los que cada uno está obligado a VERSE y estar consigo mismo, dependen exclusivamente de la historia de cada quien.
Por estos días también abundan las frases positivas, las que te dicen que determinas tu camino, que tu mente es la más poderosa y que todo depende de la actitud con la que asumas la vida y sus circunstancias.
La RESILIENCIA está en boga, esa palabra que hace alusión a la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a las situaciones adversas; así como también, las frases que apuntan a tu espiritualidad: “Todo tiene un propósito” o “Todo hace parte de un plan más grande”.
Bueno, pienso dos cosas al respecto de estas frases: la primera, que son ciertas y la segunda, que también es válido resentirlas.
Creo incluso, que hasta pueden llegar a frustrarte aún más, porque aunque las creas, al no lograr sentir su verdadero significado ni ver la luz al final del túnel, es como si no lograras que te apacigüen o te enciendan un poco.
¿Saben? creo que naturalmente nadie está en la capacidad de crear una escala de valor para las preocupaciones, angustias o los dolores de nadie; así como tampoco están en capacidad de sentirlos, vivirlos y encontrarles un lugar para estos.
Pensé en usar “soltarlos” o “dejarlos ir”; pero no estoy segura de que sean las palabras adecuadas, porque habrá algunas que nunca se irán.
Pero mientras recobras la confianza, puedes ir haciendo cosas
Mi mejor amiga alguna vez me dijo que los sentimientos o las sensaciones son como huéspedes, ¡Pasan! y que mientras estén en nuestra casa, sean lo que sean, hay que darles la bienvenida, reconocerlos y conversar con ellos; al final, será mejor que ignorarlos o negarlos.
También, me recomendó leer “La vida en búsqueda del sentido” de Viktor Frankl. Recuerdo un análisis que este psiquiatra hacía sobre el dolor, y era precisamente, que cuando le encuentras un propósito, aunque no se irá, cobrará otro sentido en tu vida.
Dicen que escribir también es terapéutico, a lo mejor por eso escribo hoy, pues en momentos en los que me he sentido sola y he expresado lo que siento a través de la escritura, otras personas me han dicho: “Yo también me he sentido igual”.
Amor, tiempo y muerte… La belleza inesperada
¿Será que la vida consiste en encontrar un balance entre estas tres palabras? O sencillamente se trata de estas tres cosas, y nos hemos empeñado en agregarle tantos condimentos, que por eso estamos tan cansados de tener que manejar tanto a la vez para encontrar el anhelado EQUILIBRIO. No lo sé.
El amor…
¿Aceptar el amor en todo? En lo mágico, en lo soñado, pero también en el dolor y en la oscuridad.
Aceptar que el amor, querámoslo o no, está en nosotros, en medio de todo y a través de todo. ¿Aceptarlo con todo? Aún no sé cómo hacerlo, pero creo que es una de las certezas que he ido encontrado.
El amor realmente es la respuesta. Y aunque sé que es la respuesta, no sé exactamente si en el balance que buscamos, ese amor logre que te haga feliz la mayoría del tiempo. Pero repito: el amor es la respuesta.
El tiempo…
El tiempo se agota, esto es cierto; porque un día más, en realidad es uno menos.
Esto no es para preguntarte ¿Qué estás haciendo con ese regalo llamado tiempo? que, aunque es un regalo, también se ha convertido en otra forma en la que nos presionamos para hacer lo que deberíamos hacer.
¡APROVÉCHALO! Te dicen, ¿Y quién determina qué es aprovechar el tiempo?
La muerte…
Y la muerte, bueno, su aceptación sí que creo es uno de los más grandes desafíos. Creo que es uno de los que más pone a prueba esa conexión entre razón y corazón, esa conexión que te lleva a encontrar algo de paz y tranquilidad. Lo que realmente para mí, nos ayuda a continuar.
Sé paciente
Para las que lean esto, solo quiero decirles una cosa: Sean pacientes. La paciencia sirve para lo que sientes cada día. Sean pacientes con sus sentimientos y pensamientos; no importa cuales sean o lo locos que parezcan.
Hoy quiero proponerles poner el esfuerzo ahí. Hagan lo mejor que puedan y quieran. Ténganse PACIENCIA.
Quiero confesarles que esa es una palabra en la que hoy encuentro belleza.
Por último, quiero contarles un poco de mí…
Últimamente he sentido que he tenido un curso acelerado de vida…
Lo que hoy les comparto sale de mis rincones, de lugares que habitan en mí y de sensaciones que han surgido en medio de mi camino.
He pasado por dolores con los que pensé que no sobreviviría. Seguramente en la escala de valores del mundo o de la sociedad podrían ser comunes, e incluso, no tan grandes como los de otras personas.
Pero han sido mis dolores, y nadie más ha tenido que despertarse, ni vivir con ellos.
Resulta que a pesar de ellos he podido continuar, y creo que el amor profundo ha logrado operar mi piloto automático mientras he estado apenas flotando o en pausa.
El amor en forma abstracta e intangible, el amor que se manifiesta en forma de Dios, familia, amigos o de motivaciones, gustos, disfrute o pensamientos.
Creo en Dios, tengo una estrecha relación con él y con su amor. No me ha hecho inmune a sentirme devastada, pero sí me ha permitido creer que todo estará bien.
Hoy mi petición a Dios, no es que llegue lo mejor, no es que me revele su plan, no es el amor y la felicidad; es que me permita ver esa “BELLEZA INESPERADA” en lo que sucede en mi interior y a mi alrededor.
Y espero que ustedes vivan y puedan encontrarla también. Por ahora no buscar la UTOPÍA o lo que esperamos que nuestra vida sea, sino encontrar en medio de la ruta, esa belleza inesperada en medio del caos, o en medio de cualquier cosa que les suceda.
Eso creo que nos acerca más a dejar de buscar la felicidad “perfecta”, y a lo mejor nos permite encontrar una REAL.
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Foto por Eduard Militaru en Unsplash
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