Después de nacido el bebé, la mayoría de las mujeres pasan por un período de adaptación ya que deben acostumbrarse a su nuevo papel como madres, así como habituarse a los requerimientos y necesidades del bebé.
Esta etapa de bruscos altibajos en el estado de ánimo por el que pasan casi todas las mujeres, está relacionado con los cambios orgánicos del embarazo y el parto. Pero en gran parte se debe a la necesidad de reorganizar su vida y acatar la responsabilidad primeramente de mantener sano a su hijo y buscar hacerlo feliz.
Este momento suele ser para algunas mujeres un tanto conflictivo, pues desearían regresar a su estado anterior debido al peso tan grande que representa tener un hijo; en cambio para otras es el momento de ver coronada la añoranza de una maternidad anhelada.
Algunas mujeres pueden asombrarse de sí mismas al encontrarse de pronto rompiendo en llanto sin ninguna provocación aparente, cuando supuestamente deberían estar alegres. Sin embargo, un período de lágrimas acompañado de melancolía es normal debido al gran cambio hormonal, que se lleva a cabo al repentino y excesivo descenso en el nivel de la progesterona después del nacimiento.
Este puede ser, uno de los factores que contribuyen a la aparición de la melancolía. También les abruma su inexperiencia frente a las exigencias que requiere el cuidado del recién nacido. Algunas mujeres sufren sólo unos días, otras semanas o meses; todo depende de la situación de su alrededor, así como de ellas mismas; sin embargo, este sentir no es exclusivo de las madres primerizas.
La depresión post-parto puede sufrirla por primera vez, algunas mujeres hasta su segundo o tercer bebé.
En ocasiones, la causa de sentirse desconcertada, por paradójico que parezca, es debido a que la madre puede llegar a extrañar la presencia del niño dentro de sí, los continuos pataleos; y aunque ha deseado durante nueve meses tenerlo entre sus brazos, de pronto siente que la relación tan íntima anteriormente experimentada dentro de su vientre, puede correr peligro al proyectar a futuro la independencia que adquirirá su bebé. Este es normalmente un sentimiento de añoranza más que de egoísmo, aunque como en todo, puede caerse a veces en extremos perjudiciales tanto para la madre, como para el hijo.
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Recuerda que toda mujer atraviesa por la depresión post parto en mayor o menor medida, así que no te sientas culpable de este sentimiento, es totalmente normal, en muchas ocasiones el cansancio de las madres por tantas noches en vela hace que uno se vuelva más irritable.
Con recomendaciones del Dr. Roberto Velasco Almeida, Gineco-obstetra del Hospital de México.
Si quieres saber más de este y otros temas, consulta la página web de Ale Velasco
Foto: Laura Lee Moreau/Unsplash y Pexels.