Me declaro ofuscada ante la maternidad que veo en las redes sociales. Madres con bebés casi recién nacidos que comparten consejos sobre lactancia, alimentación, parto, crianza respetuosa y porteo, haciéndote sentir como la peor mamá del mundo.
El mundo de las redes nos expone a un montón de información pero también a un complejo permanente de no ser “normales” o no estar haciendo las cosas bien.
Si tú, mamá ofuscada, acomplejada, agotada, triste, superada, lees esto, tengo varias cosas que contarte.
Soy mamá de un niño de tres años y aquí va mi pretencioso y no solicitado manifiesto sobre la maternidad imperfecta:
- Los niños se portan mal, se portan peor cuando vienen tus padres, tus amigos y demás familiares. Esas pequeñas criaturas huelen el miedo y te saben vulnerable ante las críticas, así que venga malcriadez y ñoñería. ¡Es normal! Y en los viajes, ni se diga.
- La lactancia es buena. Es “la leche” como dicen en España. Pero no todas podemos dar pecho y los niños que no toman leche materna sobreviven. También duele mucho y sobre eso de la conexión especial no sabría qué contarte porque ésta que está aquí usó pezoneras hasta los cinco meses. Además mi criatura tuvo intolerancia a la proteína de la leche de vaca y yo tuve que mantenerme viva a punta de alpiste durante nueve meses para poder alimentarlo. Si la hubiese podido pagar, le habría dado fórmula hidrolizada desde el día 14 de pezones rotos y dieta insoportable. Aguanté, pero eso no me convierte en mejor mamá, porque cada teta es un mundo y yo conozco mucha gente que nunca ha probado una en su vida… Y les va bastante bien.
- El porteo no es para todas las mamás ni para todos los bebés. Cuando mi criatura nació había 40 grados a la sombra y la única vez que lo intenté envolver, cual trapecista en un fular enorme, ergonómicamente perfecto, el pobre empezó a hiperventilar. Y me frustré como se frustra una recién parida que se siente inútil porque no es una mamá canguro. Hormonas y redes vengan a mí y fustíguenme.
- Si tu bebé duerme toda la noche eres un alma bendita. Pero no será así para siempre. En algún momento todo se torcerá; o se arreglará, si tu criatura es un alma crepuscular y a ti no te da el sueldo para pagar un “coach de sueño”.
- Vas a perder la paciencia mil veces. La crianza respetuosa es muy bonita pero te descubrirás gritando como en El Exorcista porque le has pedido veinte veces a la criatura que te acompañe a cepillarse los dientes. Lo admito, alguna nalgada le he dado y luego me muero de la culpa. Sé que va a sobrevivir y me voy a recomponer y volverá al exorcismo y así. Es de lo más duro con lo que he tenido que lidiar. Pasar del “yo nunca” a aprender a perdonarme y volver a empezar.
- La criatura se va a enfermar y tú te vas a contagiar y estarás como un trapo tratando de lidiar con tu propio malestar, demasiado irritada limpiando vómitos y caca, dando jarabe a la fuerza y queriendo escaparte a un millón de kilómetros de distancia.
- Vas a comer dulces a escondidas de la criatura y si te pilla le dirás que es jarabe para la tos.
- Vas a disfrutar los momentos en que tengas que salir de casa dejando solos a la criatura y al no marido (en mi caso, si el tuyo te pidió matrimonio alguna vez ¡felicidades!). Y, a veces, te quedarás en el carro viendo el teléfono por un rato o pensando o durmiendo o haciendo nada, solo para alargar un poquito más esas escapadas.
- Aunque el no marido se ocupe de cosas de la casa y la criatura, el 80% de la responsabilidad de que el mundo gire para tu familia va a caer en tu espalda. Y cuando termine el día y te acuestes en la cama no querrás que te toquen ni un pelo, sí, ya sabes a lo que me refiero.
- El colegio será un alivio, aunque cada día te vengan con una historia nueva: el niño pegó, el niño se cayó y tiene un chichón del tamaño de un melón, los libros son trimestrales y cuestan lo mismo que tus libros de la universidad, hay un festival, un concierto, un mercadillo, disfraces y dios sabrá para qué necesita tantas cosas un niño de 3 años.
- Verá mucha televisión, y si trabajas desde casa verá el doble. Y va a sobrevivir, o al menos eso espero.
- Lo de comer brócoli sin chistar le durará hasta los 2 años, luego será igual que todos los niños. Igual que tú cuando eras una criatura.
- Tendrás muchos momentos de oscuridad pero nadie te amará tanto como la criatura y tú no podrás imaginarte sin ese amor tan vital.
- No hay mejor mamá para la criatura que tú.
- Si tu hijo no hace nada de lo que he puesto aquí, y tú superaste la lactancia, el porteo y la adolescencia de tu hijo sin querer matarte ni por un segundo, también está bien. Te odio un poco, pero cada quien es como es.
- Sigue dando likes a las mamás de cuentos de hadas, les hará sentirse mejor cuando sus criaturas se transformen en niños normales, de esos que hacen que te quieras arrancar los pelos.