Conversamos con el periodista y escritor español Máximo Huerta (@maximohuerta) a propósito del lanzamiento de su libro “Con el amor bastaba”, una novela que habla de la aceptación, la libertad y de cómo el amor se convierte en el mejor antídoto para frenar los inevitables desencuentros de la vida.
Máximo Huerta es toda una personalidad en su España natal. Periodista de formación, ha presentado tres programas de televisión, por un brevísimo período de tiempo; en 2018, fue Ministro de Cultura y Deportes y ha escrito nueve novelas, entre las que destaca La noche soñada (Planeta, 2014), ganadora del Premio Primavera.
La pandemia no fue un obstáculo para Máximo, quien a finales de mayo presentó su más reciente trabajo Con el amor bastaba (Planeta, 2020), una novela PRECIOSA, que cuenta la historia de Elio Ícaro, un niño con el extraordinario don de volar.
Con el amor bastaba habla de la aceptación, la libertad y de cómo el amor se convierte en el mejor antídoto para frenar los inevitables desencuentros de la vida.
Cuando me enteré de que Máximo sacaba nuevo libro, me alegré mucho porque me gusta leerlo; pero cuando supe que lo entrevistaría, casi muero de emoción. Siempre me ha parecido un tipo brillante y con las ideas claras… ¡Y no me equivocaba!
¡Qué gusto conversar contigo, Máximo! ¡Qué libro más bonito has escrito! Es diferente a todo lo que has hecho hasta ahora
¡Muchas gracias! Es un libro la verdad que yo he disfrutado mucho escribiéndolo. Mucho. Ha sido un repuje maravilloso, he estado disfrutando mucho de la Provenza, de los personajes…
Para mí escribir este libro ha sido un ejercicio muy placentero, yo creo que eso está haciendo que contagie a los lectores de la primavera y de la felicidad que se esconde detrás . Es una novela que habla de la felicidad de ser feliz, de la vida y la felicidad de ser nosotros mismos, ¡Que más y qué mejor! ¡Lo estoy disfrutando muchísimo!
Se nota que sí. Además creo que es un momento perfecto, porque la gente necesita ahora buenas noticias y cosas reconfortantes, que hagan sentir bien.
¡Ay, que bonito! Me gusta como lo dices. En el fondo es como esa saliva de tu madre que te curaba todas las heridas.
Este libro es muy así, es un soplo de aire para que quien lo lea, pueda disfrutarlo y sienta que puede volar (que puede ser… ¿eh?), también para reivindicarse de uno mismo, y disfrutarse.
La vida hay que gastarla al tope, y Elio, su familia y todos los personajes lo hacen, lo hacen reivindicando sus diferencias y sus personalidades, a mí me gusta mucho eso en esta novela.
Elio le dice a su mamá que se siente raro (que no diferente), ¿Por qué crees que la gente le tiene tanto miedo a ser diferente o a ser raro? ¿No todos somos diferentes?, ¿No todos somos raros?
Yo creo que todos somos diferentes, únicos, especiales, todos tenemos algo que nos hace particulares, y yo reivindico la belleza de la diferencia frente a lo que le llaman normalidad, que no existe.
Todos tenemos algo que nos hace únicos, y las preguntas que se hacen en la novela es cómo actuamos los demás frente a la diferencia, cómo somos y cómo nos enfrentamos al diferente.
Desde niños todos intentamos ocultarnos entre la masa, entre el grupo de amigos, y siendo igual que los otros, pensando igual, haciendo lo que hacen los demás, porque así creemos que la vida va a ser menos dura con nosotros, porque la sociedad sí que es muy injusta con el diferente, con el acento diferente, con la nacionalidad diferente, con la forma de vestir o de vivir, porque se premia la normalidad, el pertenecer a la masa, cuando lo bonito es lo que nos hace diferentes, desde el paisaje a las formas de ser de cada uno.
¿No te parece que ahora se empieza a ver una reivindicación de lo diferente en la sociedad?
Sí, de todo, de todo. ¡Viva la diversidad, viva la mezcla de acentos, viva la mezcla de colores, viva la mezcla de sensibilidades!
Eso es lo que reivindico en la novela, es una familia muy particular, única, llena de aristas, un protagonista diferente, en el que al final somos todos y la sociedad también , empieza a entender que la belleza está en lo que nos hace a todos especiales, únicos.
Hay un refrán que dice que “el camino hacia el infierno está empedrado de buenas intenciones”. En ese sentido, cuéntame una sobre los papás de Elio, porque al final ellos trataban de ayudarlo con las herramientas que tenían
Claro, los padres son claves en esta historia, porque con la mejor de las intenciones intentan ayudar a tu hijo, pero claro con la mejor de las intenciones también se puede destrozar una vida.
En la novela no se juzga a los padres, se va entendiendo por qué lo hacen, y al final los dos lo hacen por amor. Cada uno con sus armas y sus constantes posibilidades.
La madre, Sol, iluminando, siendo el centro de la vida, dando calor y ofreciendo libertad, que su hijo sea feliz volando. Y el padre creyendo, con la mejor de las intenciones, que perteneciendo a la masa, que siendo como los demás, va a ser mas feliz, porque la vida le tratará mejor, disimulando sus capacidades.
Allí está la clave de la historia, la clave de los padres y la clave de la novela; cómo actuamos, a veces lo hacemos por bien, y lo hacemos por amor, pero equivocándonos.
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Elio siente una especial fascinación por su madre
Sí, la madre es un personaje muy importante que sufre una transformación grandísima, y Elio llega a amarla y a odiarla, porque la madre también está creciendo, la madre no solamente es madre, sino que también es mujer que también tiene una vida.
Nuevamente, eliges Francia como escenario de tu obra, ¿qué te pasa con Francia?
Pues, el lugar en la novela, ya no solamente la geografía, ya no solamente Francia, si no es un espacio mental, es una sensación , es una emoción, es un lugar en la mente, y para mí, en este caso, la Provenza yo no la conocía, pero fui de escapada y vi que era el imperio de los sentidos, me deslumbró, los colores, los sabores, los olores… Ese era un lugar perfecto para escapar, para huir, para ambientar mi novela.
A mí Francia me gusta porque también es un espacio mental que me genera felicidad, tiene todos los ingredientes para que una persona se sienta llena, con los sentidos, que disfrute. Una novela que quería que tuviera olores, sabores, colores, y ese lugar a mí me llenó.
¿Cómo crees tú que se llega a esa auto aceptación tan necesaria y tan liberadora?
Pues, quitando mochilas, quitando prejuicios, quitando miedo al qué dirán, teniendo menos miedos y dándonos un poquito igual lo que piensen los demás, porque todos somos los demás de los demás al final.
Ojalá yo supiera la receta de la alegría, la envasaría y la vendería en supermercados y gasolineras, no sé cual es el secreto ni cual es la receta para ser feliz, ojalá lo supiera; pero ser tolerante hacia los demás y tener menos prejuicios hace la diferencia.
¿Por qué eliges escribir una fábula ahora mismo?
Porque me gusta mucho el lenguaje oral. Aunque es una novela, es una novela sin más, una historia, pero sí que tiene un tono, una musicalidad.
El lenguaje es el que permanece, los mitos, las leyendas, las canciones que cantaba tu abuela, todas han continuado a lo largo de los siglos y la cultura oral es la que se mantiene a lo largo del tiempo.
Para hablar de la libertad y de una familia llena de misterios y de particularidades, para hablar de una familia única, entendía que con un tono cercano a la leyenda, a la fábula, iba a ser más bonito, precisamente porque me gustaría que esta novela alguien se la leyera a otro alguien. Creo que eso sería lo mas bonito que le pasara a este libro
Para terminar, ¿Qué le dirías a alguien que está en ese proceso de búsqueda y de autoconocimiento y que se encuentra con tu libro?
Yo creo que todos estamos así toda la vida, toda la vida estamos en tránsito a otro lugar. No sé a cuál, pero nos pasamos toda la vida intentando saber quiénes somos, o qué nos gustaría ser, o qué nos gustaría hacer… Y mientras tanto va pasando la vida.
Si a alguien esta novela le genera ganas de volar, de ser uno mismo y de disfrutar los días que nos ha regalado la vida mejor, pues, me doy por satisfecho.
La vida no es tan larga, tu paso por el mundo es limitado. La vida hay que gastarla, hay que consumirla, con nuestras armas, compartiendo nuestra felicidad, haciéndole las cosas más fáciles a los demás, intentando no alojarnos en el drama sino en la felicidad. Eso es lo que diría.
Foto: Greg A. Sebastian.