Son muchos los cambios que experimentan las mujeres durante el embarazo, y la tiroides no escapa del toque de la “madre” naturaleza.
Algunos de estos cambios son “esperados” y considerados “fisiológicos”, debido a que la estructura de la hormona producida durante el embarazo -Gonadotropina coriónica humana-, “se parece” a la hormona que estimula a la tiroides (TSH- Thyroid-stimulating hormone).
Por lo tanto, ésta es capaz de activar al receptor, o lo que es lo mismo, ACTUAR sobre la glándula tiroides, provocando su crecimiento y cambios en los valores de las hormonas tiroideas, cuestiones que son muy propias del embarazo.
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Sin embargo, 8 de cada 100 mujeres, durante este período y hasta un año después, pueden desarrollar alteraciones que no son normales, desencadenándose un proceso autoinmune llamado “Tiroiditis postparto”, también conocida como Tiroiditis linfocítica subaguda, Tiroiditis silente o Tiroiditis indolora.
La tiroides se inflama porque existen sustancias que la atacan. Esta inflamación hace que las células de la glándula se destruyan o rompan; por lo tanto, las hormonas que estaban dentro de esas células pasan a la sangre.
Es por eso, que al principio puede haber HIPERTIROIDISMO o exceso de hormonas, que por lo general es transitorio (Dura de 2 a 4 meses). Después, le sigue una fase de deficiencia o HIPOTIROIDISMO, ya que como las células están inflamadas y algunas destruidas, la glándula se puede tardar en producir de nuevo las hormonas.
La mayoría de las mujeres se recupera también de esta fase, pero un pequeño grupo queda con hipotiroidismo permanente.
Los síntomas y hallazgos del examen físico, por supuesto, dependerán de la fase en que se encuentre:
El hipertiroidismo puede puede manifestare a través de intolerancia al calor, palpitaciones, taquicardia, arritmia cardíaca, irritabilidad, ansiedad, nerviosismo, pérdida de peso, temblor en reposo y piel sudorosa y caliente.
El hipotiroidismo puede manifestarse con intolerancia al frío, problemas de memoria o concentración, piel seca, disminución de la energía, cansancio, constipación o estreñimiento, depresión, bradicardia o lentitud del ritmo del corazón, voz gruesa o profunda, hipotermia, hinchazón o edema de la cara y alrededor de los ojos y pérdida del cabello.
En ambas condiciones puede haber una tiroides más grande de lo normal
Para el diagnóstico, La Sociedad Americana de Endocrinología y la Asociación Americana de Tiroides, recomiendan realizarse las pruebas de TSH, T4 libre y anticuerpos anti-tiroideos, una vez que se presenten los síntomas.
También debe hacerse la pesquisa en mujeres con depresión postparto, y aquellas con riesgo aumentado: Enfermedad previa de la tiroides, tiroiditis postparto anterior, antecedentes familiares de enfermedades tiroideas y condiciones asociadas como: Diabetes mellitus tipo 1, Lupus y hepatitis viral crónica.
Recuerda que si tienes dudas, debes consultar a tu médico de cabecera. No te automediques.
Esta es la recomendación que te da la Dra. María Alejandra Aponte F. de Endocrino&Lógica online