Algunos ya lo saben y otros no: vivo en Colombia, soy abogada y me voy a Noruega a estudiar una maestría en Derechos Humanos.
Noruega es un país caracterizado por su gran calidad de vida, altos precios y climas extremos. ¿Cómo decidí este país? Aún no lo sé, pero el que siguió de cerca el proceso, sabe que éste era mi sueño y que confío plenamente en que todo saldrá bien.
No ha sido un proceso sencillo, no fue fácil decidir que un día me alejaría de mi familia, que no iba a pasar una navidad con ellos o los cumpleaños, que me iba a alejar de mis amigos físicamente o que tendría que dejar a mi perrita… No fue fácil decidir salir de mi zona de confort para ir a un país donde no conoces a NADIE, no hablan tu idioma, no tienes quién te siga tus caprichos, quien te ayude, o simplemente quien te cuide cuando te enfermes; un lugar donde estás a mínimo 18 horas en avión y 1000 USD de distancia, y cuando los demás no te lo han hecho más fácil…
Llevo más de 1 año escuchando cosas como: “sea más realista”, “eso allá es muy caro”, “usted allá no aguanta ni una semana”, “allá no puede llamar llorando a pedir que vayan por usted”, “en Colombia también hay universidades buenas”, “¿Para qué va a seguir estudiando? Mejor trabaje”, “va a seguir siendo una carga para su familia”, “usted va a llamar llorando diario” y más…
Y ¿Saben qué?
Sí, me va a dar muy duro, nunca he dicho que no; sí, voy a llorar más de una vez, o diario si es necesario; sí, me va a hacer falta quién me siga mis caprichos; pero NO, me niego a resignarme, me niego a conformarme con que es mejor malo conocido que bueno por conocer; me niego a creer que mis sueños son muy grandes o que mi cuerpo es muy pequeño…
Porque si algo he demostrado, es que me sobra voluntad: que soy terca, intensa y cansona; que siempre logro lo que me propongo y en este momento me niego a que una ciudad, un país o incluso un continente, me limiten, porque mientras haya amor, voluntad y pasión en mi corazón, TODO será posible.
Hoy me gustaría invitarlas a ustedes a asumir la misma posición, que entiendan que por lo general las personas nos aconsejan desde sus miedos y limitaciones y temen ver que alguien sea capaz de hacer lo que ellos no se atrevieron.
Escuchen, pero no se tomen nada personal… Aférrense a aquellos que les dan fuerza, ánimo y apoyo… Así sean solo ustedes mismas. No dejen que NADA ni NADIE les diga que sus sueños son demasiado grandes o que ustedes son demasiado pequeñas, porque mientras sigan realmente a su corazón, no habrá manera de equivocarse, así toque empezar de nuevo.
Y así como yo, podrán afirmar que están a punto de cumplir uno de sus mayores sueños, aún con miedo… porque NADA asusta más que ver convertidos tus sueños en realidad (una frase que tomé de la serie Sense8) pero lo importante es seguir, con o sin miedo.
Y aún así hoy, les aseguro y prometo que NUNCA dejaré de soñar… No dejen ustedes de hacerlo.
Foto: Unsplash.