Todo lo que quieres saber sobre la depresión, pero nunca te atreviste a preguntar

Para Alejandro <3

“Sufrir de depresión es vivir con un hueco en el pecho, un vacío en el estómago, un peso en los hombros que no se va nunca. Sufrir de depresión es vivir en automático, respirando corto, dudando, siempre dudando. Sufrir de depresión es vivir en una jaula de cristal, impermeable al amor, a lo bueno, a la esperanza”.
Adriana, 35.

Parece mentira que a estas alturas la depresión siga siendo un tema tabú en el mundo.

La gente todavía teme que, al admitir que sufre de depresión, la sociedad le ponga la letra escarlata y sea desterrada a la ‘tierra de los locos’.

La ‘tierra de los locos’ tiene que ser demasiado grande como para albergar a más de 300 millones de personas que, según la Organización Mundial de la Salud, sufren de depresión en el mundo actualmente.

Pero vamos a detenernos a meterle cabeza a esto: si 1 de cada 4 personas sufre de depresión -según cifras del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz de México-, probablemente TODAS las personas que conocemos hayan pasado por esto, o tengan algún familiar/amigo con el trastorno; por ende, ninguno debería estar en posición de ‘juzgar’.

La intención de este artículo es hablar abiertamente sobre la depresión, normalizar lo normal y dejarnos de tonterías, porque, ¿alguna vez has juzgado a una persona que tiene cáncer, por el hecho de estar enferma? Pues, eso.

Este poema de la artista norteamericana Sabrina Benaim, ilustra muy bien lo que es vivir con depresión:

 

Empecemos por el principio

La depresión es una enfermedad. Punto. Así de claro y simple. Nunca nadie elige tener depresión, simplemente te pasa, como te pasa la gripe.

El doctor Michael Thase, psiquiatra estadounidense y profesor de la Universidad de Pennsylvania, aseguró que existen estudios recientes que afirman que la depresión es un trastorno producido por una alteración de algunas sustancias químicas (neurotransmisores) en el cerebro, que juegan un papel muy importante en mantener la estabilidad del estado de ánimo del individuo.

Thase también asegura que existe un gen que regula la producción de dichas sustancias, de ahí que una persona sea más fuerte o más débil emocionalmente.

Es muy común que la gente use el término ‘depresión’ a la ligera, por ejemplo: ‘Qué depresión, se acaban las vacaciones’ o ‘va a llover toda la semana, qué depre’; pero no debemos confundir depresión con tristeza, porque son cosas muy diferentes y no se miden con la misma regla.

La tristeza es un estado de ánimo pasajero, generalmente causado por una circunstancia externa (te dejó tu pareja, te quedaste sin trabajo, tuviste una pérdida importante, etc.), mientras que la depresión es una psicopatología.

Es más, según el psiquiatra clínico Arturo Rodríguez Milliet, “una tristeza muy prolongada en el tiempo solo podría desembocar en una depresión, si tienes una predisposición hereditaria a sufrirla”.

De resto, una tristeza prolongada es solo… una tristeza prolongada.

Pero ¿por qué los neurotranmisores se alteran?

Pues, por múltiples razones, por ejemplo:

  • Predisposición genética: si en tu familia es común la enfermedad, tienes muchas probabilidades de sufrirla.
  • Desequilibrio hormonal: se ha demostrado, por ejemplo, que una producción excesiva de hormonas tiroideas provoca ansiedad, o que las endorfinas son muy importantes para mantener alejada la depresión; a eso agrégale que el equilibrio hormonal de las mujeres varía de acuerdo con su ciclo menstrual.
  • Otras enfermedades: por ejemplo, enfermedades cardiovasculares, trastorno de ansiedad, esquizofrenia, etc.
  • Adicción a las drogas o alcohol.

ESPERO CON TODO EL CORAZÓN QUE, DESPUÉS DE HABER LEÍDO TODO ESTO, YA TODA LA TONTERÍA Y LOS PREJUICIOS SE HAYAN DISIPADO.

¡Seguimos!

Pero ¿cómo saber si estoy deprimida?

‘¿Cómo una persona alegre como yo podía estar triste? ¡Imposible!, pero la verdad es que sentía un hueco en el estómago todo el tiempo. Comía mucho, pero perdía peso; no podía dormir bien, me sentía cansada y lloraba repentinamente. Me sentía desagradecida con la vida porque sabía que lo tenía todo para ser feliz, pero no lo lograba, sentía que me faltaba algo’.

María, 33 años.

Todos lo que nos cuenta María está asociado a la depresión. Según la Asociación Americana de Consejeros de Salud Mental, los síntomas a los que hay que estar alerta son los siguientes:

  • Sentirse hundido o vacío: estar de forma continua triste, ansioso, con el ánimo muy bajo o con sensación de vacío.
  • Pérdida de interés por todo: la depresión genera un sentimiento de que la vida no tiene sentido ni valor, que no hay nada interesante en ella y que todo es aburrido.
  • Fatiga o sensación de no tener energía: tener la sensación de no poder salir de la cama o sentirse agotado por tareas domésticas sencillas. Este es un indicador importante de que algo no va bien.
  • Cambios en el patrón del sueño: ya sea porque se duerme mucho (hipersomnio), o porque hay dificultad para conciliarlo (insomnio).
  • Cambios en el apetito: no tener ganas de comer y perder peso rápidamente, o darse atracones y comer mucho más que habitualmente.
  • Dolores persistentes sin un motivo claro: molestias de cabeza o de estómago, problemas digestivos que no mejoran con el tratamiento lógico.
  • Propensión a llorar.
  • Estar acelerado: hay personas que son muy activas de forma natural, pero la depresión puede generar un sentimiento incómodo de incapacidad para descansar o para centrarse en una labor determinada.
  • Dificultad para tomar decisiones.
  • Pesimismo y pérdida de la esperanza.
  • Baja autoestima: las personas que tienen una depresión sienten que no valen nada y que la gente que les rodea, su familia, sobre todo, estarían mejor sin ellos.
  • Sentimiento de culpa: la depresión hace que el juicio sobre uno mismo y las situaciones vividas, esté tremendamente distorsionado.
  • Pensamientos constantes y reiterados sobre la muerte y el suicidio.

¿Todas las depresiones son iguales?

No. Según el psiquiatra clínico Arturo Rodríguez Milliet, existen tres grandes grupos:

  • Depresión mayor: es aquella en la que los síntomas interfieren con la vida diaria por meses o períodos más largos de tiempo. Los episodios pueden ser de mayor o menor intensidad y son recurrentes (van y vienen).
  • Depresión bipolar: sucede cuando los episodios depresivos se alternan con episodios maníacos (de aceleramiento).
  • Depresión persistente o distimia: los episodios depresivos se prolongan en el tiempo, pero son de menor intensidad que los de la depresión mayor.

Sin embargo, también se pueden considerar otros tipos de episodios depresivos, como: la depresión postparto, que tiene síntomas de la depresión mayor; el trastorno disfórico premenstrual (TDP), que son síntomas depresivos que ocurren una semana antes de la menstruación y desaparecen justo después de menstruar y el trastorno afectivo estacional (TAE), que ocurre con mayor frecuencia durante las estaciones de otoño e invierno.

Me parece que estoy deprimida, ¿qué hago ahora?

‘Después de tener a mi bebé, la depresión me dio MUY duro, no podía creer que algo así me estuviese pasando a mí. Tuve que hacer un acto de humildad y le conté a mi esposo lo que estaba sintiendo, él me animó a buscar ayuda y me acompañó siempre, sin juzgarme, ni joderme. Para mí también fue vital la presencia de mi mamá, fue la mejor, compasiva y amorosa. Ellos dos y mi psiquiatra fueron fundamentales para mi recuperación’.
– Maricarmen, 41

 ALTO Y CLARO: ¡BUSCA AYUDA!

Si no te atreves a ir al psicólogo de buenas a primera (que sería lo IDEAL), empieza por hablar con personas en quien confíes, cuéntales cómo te sientes y pídeles que te ayuden a salir de esta situación.

Si tuvieras un dolor recurrente en el estómago, probablemente irías al gastroenterólogo para que te revisara, ¿cierto? Con la depresión las cosas funcionan de la misma manera, lo propio sería que visitaras al médico especializado, en este caso el psicólogo o psiquiatra.

¿La depresión se cura?, ¿cómo?

Al respecto, Rodríguez Milliet asegura: “Todos y cada uno de los episodios depresivos se curan. La depresión es una actividad recurrente, es decir, se activa y desactiva por episodios que se pueden prolongar en el tiempo. Durante su vida, una persona puede tener varios episodios depresivos”.

Y añade: “El tratamiento realmente efectivo para la depresión involucra tanto medicación, como un adecuado abordaje psicoterapéutico. La medicación es fundamental por cuanto la depresión tiene un carácter biológico, es decir, es una alteración funcional de ciertos circuitos cerebrales que deben ser corregidos por la intervención de los componentes de la medicación; y como un elemento coadyuvante fundamental, están los procesos de psicoterapia, de manera tal que no tiene sentido hablar de un tratamiento para la depresión si no involucra tanto la medicación como la psicoterapia”.

En resumen: Todos los episodios depresivos se curan si nos sometemos al tratamiento adecuado, que debe incluir medicación y psicoterapia. Si llegare a ocurrir una recaída en el futuro, lo propio sería retomar el tratamiento.

TENGO UN FAMILIAR / AMIGO DEPRIMIDO, ¿QUÉ HAGO?

‘Después de verme por días sin ánimos, sin poder salir de la cama, sin ducharme o cepillarme los dientes, mi hermana entró a mi habitación con mi psiquiatra al teléfono. No me preguntó antes si quería hablar con él –probablemente porque sabía que no tenía fuerzas ni para eso-, mi hermana simplemente actuó… y me salvó’.
– Adriana, 28

Para Victoria Robert, psicoterapeuta de Terapiaya.com, “hay muchas formas de ayudar, pero la más importante para alguien no especializado, es no presionando, brindando contención a quien la padece”.

Generalmente, quienes están cerca de una persona deprimida, suelen querer ‘darle ánimos’, minimizar su pena, su falta de energía y sus cambios de ánimo; en fin, paliar los síntomas que ya hemos mencionado anteriormente.

Pero Robert advierte: “La intención es meritoria pero no es útil. No se le puede pedir a quien no tiene energía que se anime, ni se le puede calificar de flojo o manipulador a quien tiene un desorden fisiológico. No se puede pretender que retome su vida exigiéndole poner ‘un poco de voluntad’, porque ésta, durante la depresión, se ve claramente afectada.’

Y añade: “Entonces, ¿Qué sí funciona?: Comprensión, respeto, observación y honestidad. Es preferible describir a la persona deprimida como la vemos y cómo eso nos afecta, que juzgarla, esperando una reacción que calme nuestra afectación. Para ayudar a quien sufre, es necesario empatizar, ponernos en los zapatos del otro y, si eso no funciona, es recomendable sugerir la intervención de un profesional en el área”.

¿Se puede prevenir la depresión?

Sí. Según la doctora Marisa Navarro, terapeuta y autora de los libros La medicina emocional y ‘El efecto tarta’, algunas formas de prevenir la depresión son:

  • Hacer ejercicios.
  • Comer adecuadamente.
  • Relacionarnos con personas que nos sienten bien y alejarnos de las tóxicas.
  • Hacer actividades al aire libre.
  • Aprender a relativizar las cosas.
  • SIEMPRE solicitar ayuda cuando se necesite.

Tengo que admitir que hablar de depresión no es fácil para mí

Y esto es porque te desnuda y te enfrenta con lo más profundo de tu ser, sin importar que la hayas sufrido o no. Hablar de depresión no es fácil, pero sí necesario.

Para concluir este artículo (que agradezco profundamente que hayas leído), me quedo con las palabras que le dirige Victoria Robert a quienes padecen esta enfermedad:

“No te avergüences por estar enfermo. No te culpes por no tener energía. Si respiras, te estás moviendo y de seguro, puedes moverte un poco más. Estar triste y hundido es una de las posibilidades ante la existencia, pero hay muchas otras. Buscar ayuda a quien sabe cómo ayudar es la clave. Hay salidas y puedes elegir una diferente a la que estás viviendo. La decisión es tuya”.

Si necesitas ayuda, o quieres contarnos tu historia, escríbeme a patricia@asuntosdemujeres.com

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