De cómo perdí casi 100 kilos con decisión, valentía y voluntad

Mi nombre es Carolina Rojas, tuve problemas de obesidad y pesaba 170 kilos.

Yo colaboré mucho para llegar a ese punto, porque era adicta a la comida chatarra. Al empezar la universidad, creo que influyó mucho el entorno, estaba con amigas que siempre señalaban mis brazos y me decían cosas como: “Ve tus brazos ¡qué grandes!” “¡Mira las estrías!” “¡Ve tu barriga, pareces embarazada!”

Yo me molestaba mucho y lo que hacía era comer por las noches de forma extrema.

Durante mi adolescencia empezó mi trauma de gordura, mis brazos eran enormes y me sentía amorfa; no tenía demasiado apoyo familiar, porque en mi familia una alimentación sana no era su fuerte. Mi mamá era feliz preparando mucha pasta con cantidades industriales de salsa, cocinaba muchas frituras y para ella, mientras más comías, mejor te ibas a ver y estar.

Sentí que el entorno influye demasiado en la manera como somos vistas por tener sobrepeso. Sé que esto no es sano, pero la sociedad se burla, te ve con ojos diferentes y te discrimina por ser gorda. Elegir a mis a migas era cuestión de peso y muchas pensaban y decían que yo era la fea del grupo.

No era nada fácil vivir así.

Conseguir un empleo en estas condiciones era difícil, vas a un paseo y la gente te mira, vas a una reunión familiar y te tratan diferente.

Las burlas iban y venían, y hasta hoy, muchas se mantienen. Lo que más señalan son mis brazos: “Pareces un camionero”, “Eres cuerpo de barquilla”, “Eres hulk”, “¿Estás embarazada?”, “¡Gorda gracienta!”. Hasta hace pocos años, me decían cosas que me hacían sentir pésimo y que me han generado grandes complejos.

La sociedad y lo más doloroso, nosotras mismas, añadimos comentarios terribles sobre el aspecto de los demás y nos volvemos víctimas y victimarios.

Hasta que toqué fondo

Toqué fondo cuando terminé una relación de mucho tiempo y empecé a pensar que la causa era mi estado físico. Esa sensación de que nadie se va a fijar en ti por tu aspecto, es muy fuerte y dolorosa.

Sufrí mucho por esa ruptura y en plena separación, con mis 170 kilos a cuestas, una amiga me dijo: “¿Qué haces llorando así? tú misma llegaste a este punto y si estás fea, es por ti, así que ponte las pilas y mejora”.

En ese momento me sentí peor, eso que me acababa de decir me movió el piso.

Comenzaron las dietas y los ejercicios, y lo más frustrante es que en dos meses solo bajé 500 gramos. Así que mi estado de ánimo empeoró: entre mi despecho, sentirme más fea de lo normal y no bajar, era el acabose. Hasta que me dije: ¡basta! Empieza el cambio de verdad. Me puse metas y empecé durísimo a cuidarme extremo.

En 8 meses bajé 20 kilos.

Busqué ayuda psicológica y me ayudaron mucho las terapias y el trabajo espiritual que comencé a hacer. Busqué ayuda en las redes sociales (tenía entrenadores que yo misma escogí desde ahí jejeje), busqué información sobre todo tipo de ejercicios y consejos sobre buena alimentación.

Mis principales referentes en las redes son @saschafitness@rawvana y @marialexacosta

Aparte de eso, mi cara era un desastre de grasa, me maquillaba y quedaba como un payaso en crisis. Entonces busqué ayuda de cursos de maquillaje y estética, hidrataciones, láser, etc. y logré un cambio que yo misma no podía creer.

Las terapias y los talleres de desarrollo personal me ayudaron mucho, me volví adicta al cambio, amo a Carlos Fraga y su manera de decirnos que dejemos el drama y empecemos a valorarnos. Y realmente, me ayudó verme al espejo y decirme: “Soy ahora la mujer más bella”.

¡No se imaginan cómo amo mi cambio!

Hay que dejar el lamento, porque eso es lo peor del ser humano; no te imaginas el efecto positivo que hace dejar el drama. Yo era la mata del lamento y contaba mi vida con dolor y sufrimiento; y me rodeaba de personas que me ponían peor.

Tienes que mantenerte firme y emprender un gran cambio de imagen y consciencia, porque lo más difícil aquí es subir la autoestima, saber lo valiosa que eres y que los cambios que has hecho, son solo para ti y no para los demás.

Que las críticas y los comentarios de los demás no te definan; que te defina lo que tú crees de ti, y lo que debes creer de ti es que eres maravillosa, linda y mereces lo mejor.

Así que cambia tu entorno, tus espacios, busca ayuda, reinventa tu imagen y haz cambios lindos. La idea es que te sientas tan fuerte, que nada ni nadie pueda venir a ofenderte.

Hoy, después de 3 años de mucho esfuerzo, peso 78 kilos, como muy sano, me hago masajes, 45 minutos diarios de cardio, 45 minutos de gomas elásticas y trato de hacer yoga. ¡Lo logré a punta de esfuerzo!

Yo, Carolina Rojas, me siento linda y segura; y verme a diario y lograr este cambio es lo máximo.

 Fotos: Pixabay y Carolina Rojas.

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