Entrevistamos a la psicóloga española María Esclapez (@maria_esclapez), autora del libro “Me quiero, te quiero”, y hablamos con ella sobre amor propio, aprender a decir no, comportamientos tóxicos y relaciones de parejas con problemas.
Aunque lo tengo un poco más claro y lo practico como si hiciera ejercicio físico, el amor propio es un concepto que siempre me inquieta porque a veces es como imposible de entender o lograr.
Pero cuando junto el amor propio con las relaciones de pareja o los vínculos familiares, por ejemplo, créanme que lo entiendo un poco mejor.
¿Por qué?
Porque el amor propio crece cuando aprendes a poner límites a familiares, novixs o amigxs sin sentirte culpable, cuando sales de una relación que no te conviene o cuando dices NO y dejas de complacer a todo el mundo.
Así que, a propósito de la publicación de su libro “Me quiero, te quiero”, la psicóloga española María Esclapez se conectó conmigo en un instalive, para aclararnos un montón de dudas al respecto y enseñarnos a salir fortalecidas y sanas de relaciones tóxicas.
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¿Si no me quiero… entonces NO PUEDO querer a alguien más?
El amor a unx mismx es muy importante, y SÍ se puede querer a otra persona si no nos amamos, pero no de la misma manera.
Siempre vamos a querer de una manera mucha más sana cuando aprendamos a amarnos a nosotras mismas, y ese amor a una misma lo tienes cuando sabes poner límites, te das cuenta de que una relación no es buena para ti, cuando te haces respetar.
Cuando no te quieres a ti misma es más fácil tener una relación que no te permite desarrollarte como persona y que te tiene enjaulada.
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¿Cómo aprendemos a poner límites si es tan difícil?
Primero tenemos que asentar el concepto que tenemos de límite. Un límite es un NO y se ha de poner cuando estás viviendo cosas que no te gustan o cuando sientes que hay algo o alguien que te está haciendo daño y quieres marcar ese NO.
Al final es así de sencillo, solo que nos cuesta porque ponemos en marcha la empatía o la otra persona pone en práctica estrategias de manipulación que nos hacen sentir culpables. Cuando eso pasa, nos echamos para atrás, nos arrepentimos e, incluso, dudamos de nosotras mismas.
Saber dónde van esos límites y poder tener la fuerza de poner ese NO, es importante y, sobre todo, es una manera de ponernos a nosotras primero.
OJO: ¡Ponernos a nosotras primero no significa ser egoísta!
A esto le llamamos “egoísmo positivo” o asertividad. Tenernos en cuenta primero a nosotras mismas es importante, para luego tener en cuenta a lxs demás de una manera sana. Ahí está la clave.
¿Somos “tóxicas” o tenemos comportamientos tóxicos?
No existen las personas tóxicas, existen los comportamientos y pensamientos tóxicos.
A veces podemos cometer errores o poner inconscientemente esta serie de comportamientos tóxicos que no nos definen como personas y esta etiqueta nos quita las posibilidades de cambio.
Si tú misma te autodenominas como tóxica, te quitas esa posibilidad de cambiar.
Si quieres cambiar tienes que analizar tus cuatro sistemas de repuesta: los pensamientos, los comportamientos, los síntomas físicos y las emociones. Cuando tenemos esta división es mucho más fácil cambiar.
¿Y cómo sé cuando soy tóxica o estoy en una relación tóxica?
Existen actitudes o acciones que hacemos en nuestro día a día y que hemos normalizado que resultan ser muy dañinas.
- Hacer de madre: esto pasa cuando vamos con la actitud de sacrificio detrás de las personas, cuando intentamos resolverles los problemas a otros. Esto se hace desde la buena intención cuando queremos a alguien, pero te estaás responsabilizándo de cosas que no te tocan. Aquí va un límite.
- Complejo de satélite: esto también se le llama codependencia. Es cuando toda tu vida gira en torno a una persona, incluso, en sus emociones, y esto se da muchísimo en las relaciones de pareja.
- Cuando la felicidad depende de alguien: esto es uno de los mitos del amor romántico, y consiste en pensar que cuando una persona llega a tu vida te “va a hacer feliz”. Esta felicidad, puede que yo por mí misma no he conseguido alcanzar y responsabilizamos a alguien más de nuestra propia felicidad. Si acabamos esa relación, nos costará muchísimo poder avanzar porque le atribuimos la felicidad a alguien más.
- La ley del hielo: la ley del hielo es súper común. Muchas personas piensan que ante un problema en una relación, lo mejor es evitarlo o callarse. Lo normal en este caso es comunicarle a tu pareja qué es lo que está mal o explicarle que necesitas un tiempo para reflexionar, pero si tú te callas e ignoras a tu pareja es muy tóxico. Esta actitud le hace mucho daño a la otra persona.
Responsabilizarnos de las emociones en una relación
Cada una nos tenemos que responsabilizar de nuestras emociones en una relación. Si tu pareja está atravesando una situación difícil a nivel emocional, nuestra responsabilidad como pareja es acompañarlx en la gestión individual que está haciendo de sus propios pensamientos y emociones.
Esto se nos suele olvidar y entonces pensamos: bueno, el problema es de él/ella, entonces que lo resuelva. Pero eso no es así, tu responsabilidad como pareja es acompañarlx, no cambiarlx. Entendemos que como pareja somos un equipo.
¿Y qué pasa cuando le decimos a nuestra pareja lo que sentimos y esta se enfada?
Una persona no puede dejar de comunicarse por la reacción del otro. La persona que se enfada es quien tiene que trabajar en sus impulsos y en sus acciones. Desde luego, si me callo lo que estoy haciendo es asumiendo una actitud sumisa y dejando de poner límites.
Sobre las relaciones codependientes
María nos cuenta que ella misma ha estado en muchas relaciones codependientes antes de estar con su actual pareja.
Es difícil darse cuentas de que estás en una, y muchas veces al salir de una vuelves a repetir esos patrones y arrastras lo malo de la anterior con la nueva relación. Te pierdes a ti misma y hasta llegas a mimetizar a la otra persona.
Cuando reconoces estas fallas, internamente empiezas un proceso de autoconocimiento que te permite avanzar, sin buscar nada, una relación llega y para que comience siendo una relación sana se ponen los límites desde el comienzo. Hay conversaciones que son incómodas, pero son necesarias de tener si quieres construir una relación sana basada en al autoconocimiento y en conocimiento de la otra persona.
Te recomendamos seguir a María Esclapez en: @maria_esclapez
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