Lee este relato escrito por una de las participantes de nuestro reto de escritura digital, en el que pensó, por una milésima de segundo, que había tenido un orgasmo (pero pasó algo inesperado)
*Texto seleccionado de los retos de escritura de Asuntos de Mujeres
¿Mariela cómo sé si ya tuve un orgasmo?
No estaba segura si ya lo había experimentado o no, así que me atreví a preguntar.
Grabé en mi mente su explicación para tenerla presenta en mi próxima vez.
Así aparece Antonio en la ecuación.
Nos conocimos un sábado por la noche bailando. Un par de horas después estaba
contándole a mis amigas que me iba a ir con él. No me juzguen, no me pude resistir a su acento colombiano cantándome al oído mientras bailamos.
Y al fin entendí lo que Mariela me había explicado, lo estaba viviendo y woooow. Parecía que sí, que estaba teniendo orgasmos a millón.
Antonio y yo resultamos siendo una especie de amigos con derechos.
Quedar en vernos, salir a bailar, irnos al hotel y luego ir a comer era nuestra rutina.
¿Quieres aprender a escribir relatos y textos que enganchen?
¿Tienes algún proyecto digital o emprendimiento que quieres impulsar?
¿Quieres aprender herramientas de SEO, Copywriting y Storytelling?
Nuestro Bootcamp de escritura digital es para ti.
Durante 4 semanas aprenderás todas estas herramientas, contarás con clases en vivo, material de apoyo, actividades divertidas y la oportunidad de desarrollar un proyecto final.
HAZ CLICK AQUÍ PARA INSCRIBIRTE
¡Empezamos el 28 de julio y quedan pocos cupos!
Sabíamos que no éramos el amor de nuestras vidas, pero nunca la pasamos mal.
Habitación de hotel para no perder la costumbre, luces bajas, ropa de cama blanca y playlist de Spotify cero acorde a la ocasión de fondo. Estaba a medio vestir acostada en la cama y mi vista era él, que estaba sobre mí.
Después de varios besos y caricias cambiamos de posición, yo tenía el control pero mi vista era siempre él. Quería estar más cerca, así que incliné mi rostro.
Mi pelo estaba suelto y hacía mucho calor o eso sentía yo, y no llevé nada para amarrarlo.
Todo iba en ascenso pero ajá, el calor no dejaba concentrarme. Tenía mis manos en su pecho y justo cuando la estaba levantando para hacerme un nudo en el pelo paaaas….
Antonio comenzó a quejarse del dolor. La ropa de cama blanca
Se manchó de rojo y no por mí, sino por el chorro de sangre que corría por su nariz.
Sí, lo había noqueado. Y ese fue el fin, no llegar al fin.
Photo by Deon Black on Unsplash