¿No encuentras tiempo para meditar? Carolina Aristizábal (@caristur) te cuenta cómo encontró tiempo para meditar en medio de la pandemia, el homeschooling de sus mellizas, el teletrabajo y las mil otras cosas que tiene que hacer a diario.
Hola, hoy quiero contarles cómo hago para encontrar tiempo para meditar.
No sé ustedes, pero desde que empezó la pandemia, mis ocupaciones se han multiplicado. Ahora no solo tengo un demandante trabajo corporativo, sino que además me convertí en la asistente escolar de primer grado de mis hijas y hago actividades extracurriculares en casa para evitar que se queden todas las tardes pegadas a las pantallas.
Trato de llegar con algo de energía en la noche, para al menos sentarme al lado de mi marido y ver una serie de Netflix en estado “semicatatónico”.
Y por si fuera poco, intento sacar tiempo para hacer algo de ejercicio y meditar, generar algo de endorfinas que contrarresten este encierro y ayuden a mi sistema inmune y mental a mantenerse lo más sanos que puedan.
No es fácil. De solo escribirlo ya estoy cansada y ansiosa.
Pero ya no me voy a quejar más, porque tengo la fortuna de tener trabajo aún, de tener ayuda en casa, un marido involucrado en la crianza de nuestras hijas y muchas cosas más con las que desafortunadamente muchas mujeres no cuentan.
Meditar es tan bueno, que vale mucho la pena
No vengo acá a tratar de demostrarte por qué deberías meditar, pero si aún no tienes claros los beneficios del mindfulness y la meditación, te invito a leer los que se describen en la página de la clínica Mayo. Acá un pequeño resumen:
“La meditación puede ofrecer muchos beneficios, como ayudar con la concentración, la relajación, la paz interior y la reducción del estrés y la fatiga. Hay investigaciones que demuestran que la meditación puede ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y depresión”.
Yo he encontrado en el tiempo para meditar y el mindfulness, una herramienta de inteligencia emocional clave para manejar estos tiempos donde los cambios y las crisis están a la orden del día y se requiere de mucha resiliencia.
Aclaro que no soy ninguna experta en meditación, yo trabajo en investigar la ciencia del comportamiento para una empresa de consumo masivo, soy una apasionada del mindfulness, profesora en entrenamiento del SIYLI y una mamá, profesional, esposa, hija y amiga, entre otros mil roles. No soy una mamá ZEN, psicóloga o profesora de yoga; tampoco estoy muy en la onda de la espiritualidad.
No quiero quitarle el mérito a lo que mucha gente seria, profesional y con experiencia en estos campos puede aportar al mindfulness y la meditación.
Pero confieso que durante mucho tiempo, estas personas me alejaban un poco de hacerlo, porque en mi mente -bastante prejuiciosa-, yo pensaba: “obvio que es fácil decir que meditas, si ese es tu trabajo de tiempo completo, ¿que estrés puede tener una profesora de yoga?”
Pero como ya te dije, esto era solo un prejuicio.
Así que todo este cuento es para decirte que no me considero una experta, que mi vida es lejos de ser perfecta, que tengo una vida “normal” y que aún así vengo acá a darte consejos de lo que me ha funcionado a mí en materia de meditación.
Estos consejos vienen de mi experiencia meditando en los últimos cuatro años; pero especialmente están basados en lo que me ha ayudado a mantener mi práctica de meditación durante el último año en el que mi mente siempre decía que no tenía tiempo.
Y ojo: lo que me funciona a mí, puede que no sea bueno para ti; toma lo que creas que se acomode y experimenta con las ideas hasta que encuentres que es lo que SÍ te funciona.
Hay una frase de origen desconocido que dice:
“Si tienes tiempo medita 10 minutos al día. Si no tiene tiempo medita una hora”
¿Lista para meditar UNA hora al día? No es verdad 😉 todo lo contrario.
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Aquí voy con los 5 consejos para encontrar tiempo para meditar
1. Encuentra tu “por qué”
Ya sé que esto puede sonar muy etéreo, pero tener una intención clara de por qué y para qué queremos hacer algo; nos ayuda en el proceso de adoptar nuevos hábitos.
Piensa por qué quieres meditar, tal vez para manejar tu ansiedad, para gritarles menos a tus hijxs o para manejar el estrés; tal vez no sabes bien, pero piensa en la intención que tienes para adoptar este hábito y encontrar el tiempo. Esto te ayudará cuando sientas que no tienes espacio para meditar.
Para mí empezó como una búsqueda de cómo mejorar mi concentración. Hoy lo hago porque es la única manera que tengo de no gritarles todos los días a mis hijas y a sus profesoras mi frustración con el colegio virtual.
2. Empieza con poco tiempo (1 minuto cuenta)
Empieza poco a poco. Ya sé que igual que con el ejercicio o la dieta, empezar a hacer una hora de ejercicio todos los días y dejar el azúcar de una vez, suena más sexy y va a llevarte a resultados más rápidos. Pero de nada sirve si lo abandonas a la semana porque no aguantas ese trote.
Encontrar 10 minutos para meditar puede ser complicado al principio, pero todas podemos encontrar UN minuto para cerrar los ojos y enfocarnos en la respiración, pon el cronómetro del celular y empieza, así sea en el baño (ya sé que con hijxs pequeñxs, ni el baño es un espacio seguro. Yo a veces bajo al carro a meditar cuando mi esposo está con las niñas para buscar un poco de silencio).
Si sientes que no puedes encontrar un minuto, vuelve al punto 1 (encontrar tu por qué).
Cuando logres hacer esto por más de una semana, empieza a aumentar paulatinamente, ya sea más tiempo cada vez o más veces durante el día. ¿Te parece difícil? Entonces, quédate con UN minuto, porque es mejor que nada.
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3. Medita CASI todos los días
Para muchas mujeres perfeccionistas (incluyéndome) fallar una vez, fallar un día se siente como mandar todo el esfuerzo por la borda.
Pasa mucho en la dietas y se llama el “what the hell effect”, que no tiene buena traducción pero es un poco el “Ya que…”: “Ya que me comí una galleta, déjame acabarme el tarro”, “Ya que comí mal el desayuno del sábado, para qué comer bien el resto del fin de semana”, “Ya que no medite hoy, para que medito el resto de la semana”.
Adopta una mentalidad de CASI todos los días. Habrá días en los que literalmente sentirás que es imposible sacar un minuto para respirar y cerrar los ojos; no importa, inténtalo de nuevo al día siguiente. Eso sí, intenta que no pasen más de dos días, entre más tiempo pase, puede ser más difícil empezar de nuevo.
4. Comienza de nuevo, otra vez y otra vez
No me refiero solo al punto de arriba, me refiero a cuando dejas de meditar un día o dos.
Si dejaste de meditar una semana, un mes, pero quieres volver a intentarlo, ¡solo empieza!
Siempre se puede empezar de nuevo. Meditar no es poner la mente en blanco, no necesariamente es algo relajante cuando nos damos cuenta de lo llena y atropellada que puede ser nuestra cabeza.
Meditar es sentarse, poner foco en algo (la respiración es lo más común) y darse cuenta dos segundos después, de que estás repasando la lista de pendientes, pensando en el guapo de la serie o viendo los platos que no estás lavado. Y se empieza de nuevo, sin juzgar, volvemos a enfocarnos en la respiración, una a la vez y volvemos a hacerlo cuantas veces sea necesario.
5. Medita lavándote los dientes o los platos
Encuentra alguna actividad como lavarte los dientes, cosa que haces en piloto automático.
Este es un ejercicio muy común en los cursos de MBSR (Mindfulness Base Stress Reduction).
Cambia la mano con la que te lavas los dientes para salir de lo automático, pon atención a cómo se siente el cepillo en tu boca y en tu mano, enfócate en el sabor de la crema, en las sensaciones del cuerpo y deja por dos minutos la conversación interna.
Tal vez cuando estés lavando los platos, en lugar de seguir rumiando en tu cabeza, siente el agua en las manos, la espuma del jabón, la textura de la vajilla, encuentra momentos de cosas que igual tienes que hacer para buscar un espacio de salir de tu cabeza.
Cómo todos los hábitos nuevos, empezar es fácil, pero mantenerse no tanto y meditar no es la excepción. Pero si tienes claro por qué y para qué lo haces, le dedicarás aunque sea UN minuto CASI todos los días, empezarás de nuevo y encontrarás formas creativas de incorporarlo en tu día a día.
Pronto meditarás todos los días, a pesar de todas tus ocupaciones y de todas tus excusas.
Photo by Katerina Jerabkova on Unsplash