Llegué a los 40 soltera y sin hijos…

Llegué a los 40 soltera y sin hijos…

Lee la carta que la periodista Corina Díaz (@corydial) le escribió a su papá, a propósito de no “haber cumplido” con sus expectativas de casarse y ser madre.


 

Querido papá,

¡76 años ya! Hoy me desperté feliz de celebrar tu vida, pero el sentimiento adquirió una pizca de culpa al recordar que sigo en deuda contigo. Y es que pasa el tiempo y te sigo debiendo esos regalos que tanto querías, y la verdad ya no sé si alcanzaré a darte…

Hace 20 años estaba segura de que ya a estas alturas te habría dado varias alegrías, entre otras la de llevarme de tu brazo al altar, bailar juntos en mi boda, regalarte un hijo político y cargar a los nietos que te daría.

Y aunque nunca firmé nada que dijera algo como “usted se compromete a perpetuar la especie, a no desaprovechar los óvulos que la naturaleza le dio, a llenar toda celebración familiar de muchachitos y juguetes regados por la casa”, igual siento que no llené las expectativas … No solo las tuyas, sino las de la sociedad.

Querer solo no basta

Al tener tres hermanos, por supuesto que crecí creyendo que familia no solo se traducía en hacer pareja, sino en tener hijos. Y si a eso le sumamos el instinto maternal que estalló en mí después de los 25 y la presión social que llevamos a cuestas las mujeres como un saco de cemento, pues obvio que sí quería ser mamá.

Pero como dice la sabiduría popular venezolana: “deseos no empreñan”.

Si más allá del solo engendrar, uno se enfoca en la idea de criar junto a otro que medianamente esté en la misma sintonía que uno en cuanto a principios, valores y planes de vida, entonces el tema de hacer familia no es tan sencillo.

Lee otro artículo de la periodista, Corina Díaz: “Confesiones de peluquería: El matrimonio infeliz “

Y si a eso agregamos que uno trata de no meterse en “aguas profundas” hasta no tener cierta estabilidad laboral y económica, pues el plan de la maternidad se va posponiendo… y heme aquí: con cuatro décadas encima, soltera y sin hijos.

Te confieso que por años me angustió la idea de perder el tren de la maternidad. Por eso me paseé por opciones como ser madre soltera, hacerme una fertilización in vitro, adoptar. Incluso llegué a consultarle a un amigo si estaría dispuesto a brindarme una muestra de su material genético para hacer a tu nietx.

Pero no se trata solo de procrear a un ser, sino de traerlo a una vida que sea amable con él/ella, a un entorno seguro, estable, con estructura familiar, y eso, en mi caso, está tardando en llegar.

 

Haciendo las paces

 No sé si es un tema hormonal, pero ya la ansiedad por vivir la maternidad va menguando. Empiezo a hacer las paces con lo que antes veía como el peor escenario posible: no tener hijos.

Porque la vida es cambio y movimiento, y eso lo veo reflejado en mi cuerpo, en mis anhelos y en mis prioridades también. Hoy me ilusiona más la idea de hacer pareja, de esas que cuando la encuentras te provoca cantar “¡bingo!” a todo pulmón. Ya el vestido blanco y el altar me parecen completamente prescindibles.

La pareja, los hijos, el trabajo estable y la independencia llegaron antes para muchos; para mí es un proceso aún en desarrollo. Eso no está bien ni mal, sencillamente es así. En el presente estoy en paz conmigo pues hice, y sigo haciendo, lo mejor que puedo con mis circunstancias.

Soy una profesional que le huye a la mediocridad. Soy una adulta que procura siempre poner en práctica la máxima de: “Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti”. Soy una hija y hermana que no se guarda los “te quiero”, sino que los derrocha en verbo y en acción. Soy amiga en las buenas y en las malas. Soy independiente y me paro ante la vida por mis propios méritos.

Así que no sé si a estas alturas pueda cumplir con las expectativas de la sociedad  (aunque ¡quién quita y en esta vida te doy una sorpresa!) pero, si al final del día los padres son felices mientras sus hijos lo sean, puedes darte por satisfecho.

 

¡Feliz cumpleaños, papá!

 


¿𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐞𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐲 𝐥𝐥𝐞𝐯𝐚𝐬 𝐭𝐮𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐢𝐚𝐬 𝐫𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥𝐞𝐬? ⁣
¿𝐄𝐬𝐭𝐚́𝐬 𝐦𝐮𝐲 𝐨𝐜𝐮𝐩𝐚𝐝𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐩𝐥𝐚𝐧𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐫 𝐭𝐮𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨𝐬? ⁣
¿𝐓𝐮 𝐬𝐚𝐛𝐨𝐭𝐞𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚 𝐭𝐞 𝐝𝐢𝐜𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐜𝐚𝐩𝐚𝐳 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐫𝐢𝐛𝐢𝐫? ⁣
¿𝐓𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐜𝐫𝐢𝐭𝐢𝐪𝐮𝐞𝐧 𝐚𝐥 𝐩𝐮𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚𝐫 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐞𝐧 𝐭𝐮𝐬 𝐫𝐞𝐝𝐞𝐬?⁣
¿𝐕𝐢𝐯𝐞𝐬 𝐛𝐥𝐨𝐪𝐮𝐞𝐚𝐝𝐚 𝐲 𝐧𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐝𝐨́𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐦𝐩𝐞𝐳𝐚𝐫?⁣

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