Recuerdo claramente cuando descubrí que tenía depresión postparto. Lo descubrí rápido, porque actué rápido; y eso fue fundamental en mi recuperación.
¿Sabían ustedes que 1 de cada 10 mamás son diagnosticadas con depresión postparto? Sin embargo, muchos casos pasan por debajo de la mesa, porque casi nadie habla de esto y muchas madres esconden sus emociones, les da pena decir lo que sienten y creen que serán calificadas de malas personas por no sentir la felicidad que, en teoría, se experimenta al tener un bebé.
Lo alarmante es que según un estudio del Instituto de Psiquiatría y Psicología Clínica de Barcelona, entre 20 y 30% de los casos de depresión postparto se vuelven crónicos por no tratarlos a tiempo.
¿Se puede salir de esto? Yo digo que sí
A pesar de ver todo negro y creer que uno nunca saldrá de esta enfermedad, sí es posible recuperarse, sanar y superar una depresión postparto. Lo que pasa es que hay cosas que escapan de nuestra voluntad (para lo cual hay tratamiento) y hay otras que se pueden ir trabajando, conscientes de que curarse es un proceso que requiere tiempo, paciencia, ayuda y apoyo de otros, tratamientos médicos, terapia psicológica y aquellos recursos más “new age” a los que puedas echarle malo.
Uno no puede sentirse avergonzado por padecer una depresión.
No es un tema fácil, lo sé. Una persona deprimida, muchas veces no tiene la capacidad de ver la luz al final del túnel o mirar su situación con una perspectiva positiva y esperanzadora.
Sin embargo, yo creo que de esto podemos salir. Lo digo con conocimiento de causa; pero también con la consciencia de que cada persona y circunstancia es diferente.
Algunos expertos en la materia, explican que la depresión puede dejar huella, pero eso no significa que permanecerás en un estado constante de indefensión, angustia y tristeza. La psicóloga colombiana Clara Vélez, cuyo blog trata estos temas, dice: “La depresión es una enfermedad mental, por lo tanto, de ella como de otras, se sale; se puede superar. Sin embargo, no creo que uno salga de ahí ‘ileso’. Llevas a cuestas muchos aprendizajes y algunas heridas que fueron dejadas por tu autoexigencia, las demandas externas, la culpa y por símbolos o marcas que ésta te dejó”.
Para ella, lo más importante es el aprendizaje que se extrae de este padecimiento, lo que permite identificarlo a tiempo, identificar sus factores de riesgo y las herramientas de protección y apoyo con las que contamos en caso de tener una recaída.
¿Hay una luz al final del túnel?
“¡Sí! realmente muchas. Darte cuenta de cuál es tu círculo de apoyo cercano y ampliarlo (porque aparecen ángeles en este camino), aprender de ti, de tu bebé y de tu familia; ver que cruzaste tus límites más profundos y sobrevives, crecer junto con tu bebé y darte cuenta de que para ellos tampoco es fácil, ver las fotos de ese pequeñito que te producía terror con infinita ternura. Vas a ver que, con todo y lo difícil que fue, la cosa no está saliendo tan mal ahora”, continua la psicóloga.
Lo que más ayuda
Lo primero que debes hacer si te sientes “rara”, es decirlo. No esperes demasiado para contar lo que te sucede, porque una de las cosas que aseguran una curación más efectiva, es tratar el problema a tiempo.
Las guías de autoayuda para la depresión y los trastornos de ansiedad, realizada por el Servicio Andaluz de Salud, recomienda cuatro cosas esenciales: Acepta que algo anda mal, háblalo con tu pareja, amigo o familiar, recuerda que vas a mejorar y consulta a tu médico.
Recuerda que eso de creerte “Supermujer”, queda para las películas de ciencia ficción. Así que no te sobrecargues, descansa y permítete ciertos y pequeños placeres que recarguen tus energías. NO eres imprescindible.
Aliméntate bien y con comida realmente nutritiva, que le dé vitalidad a tu cerebro y a tu cuerpo; trata de hacer algo de ejercicio, sé abierta a hablar con un médico o a recibir el tratamiento indicado, trata también de salir con tu pareja; no olvides darle besos y caricias y un poquito de intimidad de vez en cuando.
“No te culpes, ni tampoco a tu pareja: la vida es dura en este momento y el cansancio y la irritabilidad por ambas partes puede provocar peleas, lo que puede debilitar la relación, precisamente cuando se necesita que esté más fuerte”, recomienda la guía.
Por su parte, el portal Baby Center, destaca en un artículo completo sobre depresión postparto que “si no tratas la depresión, podrías sentirte desamparada, confundida e incluso asustada si el problema se agrava. La buena noticia es que sí es posible tratar la depresión, o sea que no tienes que sufrir. El tratamiento te brindará el apoyo necesario para impedir que entres en una depresión profunda y más difícil de tratar. Además, tener a un terapeuta y un médico que entienden tu problema también te ayudará a sentirte menos sola. Y al sentirte mejor, podrás conectar con tu bebé y cuidarlo mejor”.
La psicoterapia es un buena opción para hablar y canalizar lo que sientes y, si es necesario, tomar algunos medicamentos es, en muchos casos, de gran ayuda (esto siempre con la supervisión de un médico).
A mí la meditación y el yoga me ayudaron muchísimo. También entender que además de mamá, soy mujer, y tengo derecho a crear mi propia maternidad, descansar y disfrutar de espacios propios.
Ya tuve depresión postparto ¿Es posible prevenir una segunda explosión de la enfermedad?
Las enfermedades mentales no son fáciles de prevenir, porque son causadas por múltiples factores (algunos pueden controlarse y otros no).
Para Clara Vélez, lo más importante es la educación, “cuando la persona haya o no haya tenido enfermedad mental y su círculo próximo conoce algo de ésta, esto nos acercará a una atención adecuada y a tiempo”, dice.
Si estás pensando en un segundo embarazo, la experta recomienda:
- Planificarlo muy bien en el ámbito familiar, económico y emocional.
- Tener una buena comunicación con tu ginecólogo, psiquiatra, psicólogo o, como es el caso de algunos países, con el médico de familia.
- Si es el caso, recibir el medicamento y las demás instrucciones médicas, desde la preparación para el embarazo.
- Estar atenta a signos de alarma que te lleven a pensar en síntomas de depresión (eso sí, sin paranoias).
- Asegurar, en la medida de lo posible, una red de apoyo: personas cercanas y de confianza que conozcan el antecedente, estén atentos a tus necesidades y no te juzguen.
- Y recuerda: no haber tenido depresión postparto en un primer parto, no significa que nunca la vas a tener; asímismo, haberla tenido en el primero no es garantía de nunca tenerla en el próximo o próximos partos.
Asuntos de Mujeres y Ser Mamá, tomando como referencia que durante este mes de abril, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha emprendido una campaña con el lema «Hablemos de la depresión», se unieron para hacer su propia campaña.
Se trata de “Mamá, todo va a estar bien”, realizada con el apoyo de cuatro mujeres maravillosas que quisieron acompañarnos en este reto. Se trata de Ana María Medina (La Nuwe), Silvia Lyle, Érika de la Rosa y María Alejandra Requena.
Compártelo en tus redes para que le llegue el mensaje a miles de mamás que no se han atrevido a hablar de esto o para servir como una voz que ayuda a alguna que ya esté en tratamiento.
No dejes de usar los hashtag #TodoVaAEstarBien #HablemosdelaDepresión y #Letstalk al compartir el video y sé parte del cambio y de la ayuda con este pequeño granito de arena.
¡Sí! Todo va a estar bien.