¿Qué hago con este estrés?

Responder esta pregunta no es una tarea fácil para ninguna de nosotras.

Hacer del estrés un buen amigo, que nos estimule, pero que no nos castigue, es fundamental para nuestra salud, nuestra paz y nuestro bienestar personal, familiar, laboral y social.

María Ángeles Del Hoyo, autora del libro “La carga mental del trabajo”, dice que el estrés se podría definir como: “La respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones internas y externas”.

Hay situaciones o pequeños episodios en nuestra vida en las cuales el estrés puede ser positivo; por ejemplo, cuando nos ayuda a evitar el peligro o a cumplir con una fecha límite de entrega de un informe o un presupuesto.

Y es justamente en esos momentos en los que el estrés es un buen amigo… Pero cuidadooooo, cuando “EL Sr. Estrés” se queda mucho tiempo con nosotras, se convierte en un “horroroso ogro” que nos causa una gran tensión emocional y/o física, y puede dañar fuertemente nuestra salud.

Natalie Goldberg, escritora y autora de una serie de libros que exploran la escritura como una práctica del budismo zen, nos dice que: “El estrés es un estado ignorante. Cree que todo es una emergencia”.

Estar alertas y conscientes de las señales que el “Sr. Estrés” nos está dando cuando está por llegar, es decir, esos momentos en los que empezamos a sentirnos excesivamente preocupadas, incapaces de concentrarnos, incompetentes para tomar decisiones, hipersensibles a las críticas, bloqueadas mentalmente, y paren ustedes de contar… Es imprescindible para nosotras, pues es allí cuando debemos ponerle un stop y controlarlo conscientemente de una manera efectiva.

Especialistas en el tema, como Manuel Valdés y Tomás de Flores, señalan que: “Los altos niveles de estrés, por períodos extensos de tiempo, crean repercusiones en la fisiología de quienes lo padecen, las cuales, a la larga, desencadenan enfermedades o malestares, a causa del debilitamiento del sistema inmunológico, reduciendo la capacidad de los afectados de luchar contra las infecciones, creando, el mismo cuerpo, la puerta necesaria para el deterioro orgánico”.

Y no olvidemos al coach Bill Phillips cuando nos dice que: “El estrés debería ser una fuerza poderosa conductora, no un obstáculo”. Así que las invito a practicar un sencillo ejercicio, cuya aplicación es un excelente recurso para manejar a este señor y hacer del él un aliado pero no dejarlo que se sea un ogro destructor.

Pero antes, les quiero compartir uno de mis escritos favoritos de RUMI, se llama “La casa de huéspedes”:

El ser humano es una casa de huéspedes.
Cada mañana un nuevo recién llegado:
Una alegría, una tristeza, una maldad…
Cierta conciencia momentánea llega,
como un visitante inesperado.
¡Dales la bienvenida y recíbelos a todos!
Incluso si fueran una muchedumbre de lamentos,
que vacían tu casa con violencia.
Aun así, trata a cada huésped con honor,
puede estar creándote el espacio para un nuevo deleite
Al pensamiento oscuro, a la vergüenza, a la malicia,
recíbelos en la puerta riendo
e invítalos a entrar.
Sé agradecido con quien quiera que venga
porque cada uno ha sido enviado
como un guía del más allá.

EL EJERCICIO SE LLAMA “CONOCIENDO AL SR. ESTRÉS”

  • Toma papel y lápiz, y pon música con suaves sonidos de fondo. (Les recomiendo a Mozart para concentrarse en una sola cosa y aumentar la productividad). Aquí se los dejo:

https://www.youtube.com/watch?v=GNuVXhO0A4o

  • Para comenzar, préstale atención a la respiración por un momento. Te sugiero que cuentes 10 respiraciones.

  • Luego, recuerda una situación en la que el Sr. Estrés fue el protagonista de tu día, préstale atención a todo lo que recuerdas:

    • ¿Cuál fue la situación?

    • ¿Cómo se originó?

    • ¿Qué hizo el Sr. cuándo llegó?, ¿Te mandó alguna señal como taquicardia, respiración acelerada u otra, avisándote que ya estaba por llegar?

    • ¿Qué sensaciones físicas, emociones o estados mentales surgieron cuando llegó?

    • ¿Cómo te sentiste cuando se fue?

    • ¿Qué sensaciones, pensamientos o emociones vienen a tu mente mientras lo estás recordando?

Al finalizar el ejercicio, lee con detenimiento lo que escribiste y préstale mucha atención a las emociones y sensaciones físicas que surgieron cuando viviste la situación. Etiqueta dichas emociones y sensaciones, ellas son un aviso de que el estrés está por aparecer, ponlas en un sticker en un lugar que veas todos los días, para que las señales, puedas ponerles un “STOP” y así convertir al Sr. Estrés en un amigo que te aconseje, te impulse y te estimule para afrontar de una manera positiva las situaciones y los retos personales, familiares y profesionales que tienes que afrontar.

Y por favor recuerda:

“Da alas a tu estrés y deja que vuele lejos”.
Terri Guillemets.

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