¿Qué significa realmente tener paz? Descúbrelo en este artículo

¿Qué significa realmente la paz? Lee este artículo para acercarte a ella

Cuando piensas en la palabra PAZ, ¿Qué viene a tu cabeza? Lee este bonito artículo y aplica diariamente las recomendaciones que te da Valentina Marín de @senderosdealegria  ¡Te aseguramos una vida más serena y tranquila, esa que tanto anhelas!


Si vamos a hablar sobre paz, podemos empezar con una palabra sagrada y antigua, llena de significado y valor: Shalom, la cual es la palabra hebrea para la paz.

Esta es también una manera de saludarse y despedirse dentro de la cultura, recibiendo al otro con un deseo de salud, armonía, paz interior, calma y tranquilidad. Y al despedirse, deseando que el camino que le espera a esa persona esté colmado de bienestar.

Shalom viene de Shalem, que puede traducirse como “completo”, y si lo pensamos, estar en paz significa muchas veces recoger las piezas que se han quebrado para volver a unirlas. Sentirnos completos tiene que ver con la armonía y el balance, con sentir que no nos falta ni nos sobra nada.

 Más allá de una palabra, Shalom es un concepto que engloba una emoción, una intención y un sentimiento profundo.

Podemos hablar de paz interior, que se relaciona con los niveles de bienestar personal y la relación que tenemos con nosotras mismas desde el amor y la compasión. Paz entre las personas, las naciones y pueblos, y paz entre Dios y los seres humanos. Es un concepto que trasciende la individualidad y permea las relaciones y la manera en la cual concebimos y nos relacionamos con el mundo. Es un rasgo espiritual del carácter humano con el cual nos podemos conectar.

 

¿Qué significa estar en paz?

Hace poco leí que estar en paz no significa que estemos en un lugar libre de ruido, problemas o dificultad; significa que podemos mantener la calma en el corazón en medio de estas situaciones.

Mi papá siempre decía que la paciencia es la ciencia de la paz, y esta es una de las frases que más recuerdo de él. La paz es arte, es acción, es un estado que cultivamos dentro de nosotros mismos primero, y que todos los seres humanos anhelamos.

De hecho, cuando hablamos sobre felicidad muchas personas la relacionan con la paz.

Lee este artículo: “Bevione: Cuando hay orden, hay paz” 

Necesitamos preparar el terreno y reconocer que, para la paz, tanto en nosotras mismas como en nuestro mundo, prácticas como la tolerancia, el perdón, la honestidad y la humildad son necesarias. Pero la paz no es solo la ausencia de conflicto, es la construcción de algo mucho mejor.

Es un camino que emprendieron nuestros antepasados y que seguro nuestrxs hijxs y descendientes deberán continuar. Es una construcción activa que empieza por las acciones más sencillas y cotidianas, que se refuerza cuando nos conectamos con nuestro propio espíritu y esencia del amor, que se promueve cuando entrenamos nuestra mente y creencias hacia la paciencia, la empatía y el reconocimiento de nosotros mismos en aquellos que nos rodean.


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Aquí comparto 10 acciones para la paz (A esta lista le puedes agregar las acciones que se te ocurran para construcción juntas el camino de la paz)

  • Respetar opiniones diferentes en redes sociales. Podemos usar las redes sociales para la conversación y no la confrontación. Aceptar que hay visiones diferentes a la nuestras y poder abordarlas desde la curiosidad es un primer paso para humanizar el mundo virtual.
  • Escuchar a quienes piensan diferente a mí. La escucha generosa es en sí misma una acción para fomentar el bienestar, la conexión y la paz. Cuando escuchamos para comprender en vez de para responder, se abre un mundo de posibilidades ante nuestros ojos. No quiere decir que estemos de acuerdo con todo lo que nos dicen, pero valorar los puntos de vista diferentes y estar dispuestos a escuchar sin juzgar, es una acción poderosa para promover la riqueza que existe en la diversidad..
  • Expresarnos desde el respeto y la sinceridad. Nuestras palabras, gestos y actitudes tienen el poder de impactar en otras personas. Si pensamos y hablamos desde la humanidad, el respeto y la honestidad podremos construir puentes de amor y tener nuevas conversaciones.
  • Reconocer que errar es humano. Permitirnos aprender de nuestros errores, perdonarnos por el pasado, ser compasivos y abrazar la vulnerabilidad, no como debilidad, sino como poder, para así dar un primer paso hacia la paz interior. Desde este lugar podemos reconocer que al igual que nosotros, quienes nos rodean cometen errores y eso es parte de ser humano, podemos también perdonar y aprender.
  • Agradecer genuinamente. Practicar agradecimiento es la llave de la felicidad, del bienestar y de la plenitud. Cuando aprendemos a dar las gracias y aprenciar las bendiciones de la vida, a nuestros familiares, amigos, trabajo, hogar, etc. Aprendemos a vivir con más ligereza y liviandad en el corazón. También es una actitud que transforma nuestras relaciones y manera de percibir la vida. La gratitud debe ser una practica cotidiana.
  • Respeto mi ciudad y su infraestructura. Cuidar el lugar en el que vivimos, desde nuestro hogar hasta nuestra ciudad, es una invitación para el crecimiento y el desarrollo. No botar basura a la calle, usar medios de transporte amigables con el medio ambiente, respetar las señales de tránsito son solo algunas de las acciones que podemos emprender para poner un granito de arena en el camino de la paz comunal.
  • Hablar mirando a los ojos. Nuestros gestos y corporalidad comunican; cuando hablamos mirando a los ojos nos permitimos conectarnos auténticamente con la otra persona. Es una manifestación de respeto e interés.
  • Sonreír. Una acción muy sencilla pero poderosa, una sonrisa puede cambiar un mundo. Puede que no siempre nuestra sonrisa sea retribuida, pero es un gesto que tiene mucho poder y eleva nuestra estado de ánimo y el de la persona que la recibe.
  • Un pasaje de la Biblia dice que las palabras amables son como la miel, dulces para el alma y saludables para el cuerpo. Hablar desde el respeto y retomar la cortesía y cordialidad son un camino sencillo y práctico para nutrir la paz en nuestras relaciones e interacciones. Dar las gracias, saludar y despdirse pueden ser gestos con los que podemos empezar.
  • Dejar el celular a un lado cuando estoy con alguien más. Cuando estamos presentes al 100% con nuestros seres queridos aprovechamos y reconocemos que esos momentos e interacciones son un regalo valioso que podemos disfrutar. Igualmente, al dejar de lado las distracciones transmitimos el respeto y aprecio por aquella persona con la que compartimos.

Shalom, la paz sea contigo.

 

Foto por Dingzeyu Li en Unsplash

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