En este artículo, Mariale Herrera (@marialessandria) nos habla de su experiencia siendo mamá soltera, que si bien es agotadora, le ha sabido encontrar algunas ventajas. Si estás criando sola a tu hijx, te sentirás identificada con esta reflexión. ¡Lee más!
Antes que nada quiero aclarar que sé que casi todos los seres humanos somos producto de las decisiones de DOS personas y que lo mejor y más correcto es que ambas estén involucradas en la crianza activa de sus hij@s.
Ahora, también soy consciente de que a muchas madres nos toca criar solas o encargarnos del 99% o 100% de todo. A algunas les toca y viven en pareja (¡imagínate!).
Esto, según mi punto de vista, es producto de miles de factores que varían según el caso: decisiones económicas, machismo, comodidad, violencia, migración y pare de contar.
Tengo casi toda la vida de mi hijo siendo mamá soltera, encargándome del grueso de sus actividades: transporte, enfermedades, juegos, paseos y viajes. También, lo que llamamos la “carga mental” y todas las preocupaciones que implica criar.
Sin embargo, en cinco años he podido descubrir pros de mi situación sin buscar romantizarla ni minimizarla.
A pesar de ser una “madre arrepentida” (como te cuento aquí), desde que mi hijo cumplió cinco años, puedo decir que me llevo mejor con él y conmigo misma en mi rol.
Me he cuidado mucho y no he descuidado mis pasatiempos ni mi salud mental. Es un trabajo duro, pero vale la pena.
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Todo esto me ayudó a ver las siguientes ventajas:
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Cuando eres mamá soltera (como yo)…tomas todas las decisiones
Vacunas, educación, paseos, permisos, alimentación y rutinas. Todas las decisiones que afectan a mi hijo las tomo yo y solamente yo. ¿Por qué? Porque soy yo quien lo vive día a día y confío en mi intuición.
Sí, tengo miedo de cagarla como todo el mundo y me equivoco como cualquier madre, pero las decisiones las tomo siempre con el bienestar de mi hijo en la mente. No tengo que consultar nada con nadie, a menos que sea algo de vida o muerte, y eso puede ser muy liberador.
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Cuando eres mamá soltera… te ahorras el trabajo de llevar una relación
En cinco años de soltería he podido ver desde afuera las relaciones de pareja de muchas personas y he intentado tener pareja varias veces. Mi conclusión es que es TRABAJO. Trabajo duro. Es decidir todos los días soportar a otra persona, tener detalles con ella, aceptarla y sostenerla. En mi soltería (para bien o para mal), me he acostumbrado a no hacer esa labor y esa energía y tiempo los gasto en mí, en mi hijo y en mi descanso. Sí, algunos pensarán que es un desapego insano, pero, en este momento, para mí es una libertad hermosa que aprovecho y disfruto.
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Cuando eres mamá soltera… te conoces mejor y descubres de lo que eres capaz
Jamás me había enfrentado a tantos defectos, demonios y prejuicios. Ser mamá soltera me cambió la vida y la visión de muchas cosas; me hizo ganar paciencia, humor y aprender a fluir con los cambios todos los días.
Gracias a mi hijo me encontré de frente con mi ira, mi pereza y mi orgullo. Gracias a él puedo decir que las cosas importantes cambiaron por completo y lo que antes me parecía lo más grave y crucial, hoy me parece pasajero y vano. Cada día es un reto en el que me conozco mejor y me demuestro que soy capaz de muchas cosas; que soy valiente, valiosa, divertida y amorosa. Me perdono más y me descubro como una mujer completa.
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Cuando eres mamá soltera… recibes más amor, abrazos, juegos y momentos
De nuevo: mi intención jamás será romantizar el criar solas. La crianza real debe ser 50/50. Y digo real, refiriéndome a la tarea diaria, al trasnocho y a la preocupación. Criar no es llamar de vez en cuando, ni mandar una cuota de dinero; criar no es estar solamente los fines de semana, criar son muchas cosas: un cúmulo de caos, amor, culpa y crecimiento constantes, diarios.
Al encargarme de la crianza de mi hijo he tenido el privilegio de ver en primera fila su primer diente flojo, su primera vez escribiendo sin ayuda, me he ganado su confianza y amor, sus besos inesperados, sus abrazos en la madrugada, sus confesiones, sus mentiras, sus travesuras y sus aprendizajes.
Lo he visto pasar de ser un bebé a un niño, mordiéndome la lengua cada vez que quiero ayudarlo en algo que él puede hacer solo perfectamente.
Sí, criar sola es duro, dificilísimo y no es el escenario ideal en muchas familias. Pero he aprendido a verle el lado bueno y a entender que soy yo la que está ahí, la que puede maravillarse en vivo con el gran ser humano que estoy viendo crecer.
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Cuando eres mamá soltera… tienes un lienzo en blanco
Quizás yo juego con fuego y me puedo “enamorar” de la soltería y la soledad (ya lo resolveré en terapia), pero para mí lo más sabroso es eso: poder empezar de cero, conocer a alguien o no, ir a citas o no, tener sexo o no, irme de viaje sola o con mi hijo.
Las opciones son muchas y me siento cada vez más libre y fiel a mí misma. No tolero menos de lo que merezco y no voy a pintar ese lienzo con algo que no quiera ver todos los días y sentir orgullo: soy selectiva con mis parejas, mis amistades y mis actividades.
Estoy orgullosísima de mí y de todas las que criamos solas. Las que emigramos, las que nos enamoramos, rompimos corazones y dejaron que nos lo rompieran, las que lloramos porque nos sentíamos solas y luego celebramos que nadie nos joda, las que les gritaron a sus hijos y pidieron perdón, las que lloraron de orgullo el primer día de clases.
Hoy quiero que todas le vean la cara bonita a la moneda. Celebren a sus hijxs y brinden por que son niñxs sanos y buenos, gracias a ustedes. A nosotras, que hemos llevado un trabajo injusto y sin paga a cuestas, con amor y gracia, pidiendo ayuda y riéndonos de la soledad y lo insoportable que puede ser criar algunos días.
¡Salud!
Photo by Jon Flobrant on Unsplash
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