Las personas flexibles son aquellas que tienen la capacidad de adaptarse mejor a los cambios por más inesperados que sean. Son las personas que, aún sin estar de acuerdo con el pensamiento, creencias, actitud o forma de ser de los demás, son capaces de escuchar, comprender, aceptar y respetar.
El monje zen y psiquiatra, Jesús Ubalde Merino dice: “Observemos cómo sufrimos, cómo hacemos sufrir, cómo se repiten los sufrimientos porque repetimos nuestra rigidez, nuestros puntos de vista, nuestra inmovilidad. Eso es parálisis, eso es un mecanismo, ahí no hay vida, ahí no hay adaptabilidad, ahí no hay flexibilidad”.
Ser flexibles es saber que es imposible tener todo y a todos bajo nuestro control o pretender que los demás hagan lo que nosotras queremos. Donde hay rigidez, hay sufrimiento, porque rechazamos o nos resistimos a los cambios, cosa que nos aleja de la felicidad.
Ser flexibles, es mantener la mente y el corazón abiertos a oportunidades, experiencias y pensamientos nuevos.
Los cambios se logran poco a poco, siendo constantes y manteniendo una actitud abierta y positiva. Aprender a ser flexible, es algo que quizás tome tiempo, pero no es imposible.
Recuerda que el cambio proviene de adentro, así que empieza manteniendo la calma, trata de ponerte en los zapatos del otro y aprende a respetar; intenta hacer cosas nuevas, cosas que quizás antes ni te imaginabas que podrías hacer, siéntate con tu hijo, sobrino o hermano menor, y oye la música que escucha, juega los videojuegos que ellos juegan, diviértete con ellos, lee nuevos autores, ve a un concierto de un estilo de música que no es el que normalmente escuchas y confía.
Recuerda también ser flexible contigo misma. Los cambios ocurren poco a poco, si estás a dieta, por ejemplo, y te provocó comerte unas papitas con gaseosa, no pasa nada, no te recrimines, ni te sientas mal.
No seas tan exigente contigo misma, ten en cuenta que en nuestros proyectos de vida, hay cosas que suelen truncarse y terminar de la manera menos planificada o esperada. ¿Sabes qué? NO PASA NADA, la vida sigue y debemos aprender a adaptarnos a los cambios.
¡Aquí es cuando empieza el trabajo interno!
Si puedes hacer algo para cambiar la situación que te disgusta, hazlo; si no puedes, ACEPTA sin cambiar tu verdadera esencia y tu naturaleza paciente, amorosa y equilibrada.
Con esta meditación, encontrarás la flexibilidad que tanto necesitas.
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