Esther (@reconosernos) nos habla de la autocompasión, una práctica que consiste en ser amables y compasivas con nosotras mismas para así, querernos y valorarnos de verdad. Y tú, ¿Has practicado la autocompasión? Sigue leyendo
Le huimos a la posibilidad de tratarnos con amabilidad y compasión por temas culturales, pues existen mitos y conceptos errados alrededor de esta idea.
¿Cuáles son esos mitos?
- La autocompasión se confunde con lástima, victimización, debilidad, egocentrismo o egoísmo.
- Está ligada a la “autoestima alta” o a cuidados de tipo estéticos.
- Hay frases que nos alejan de ella, tales como: “debo ser fuerte y dura para enfrentarme a la vida y lograr mis objetivos”.
Nada de eso es cierto.
Lo que han demostrado los estudios recientes es que cuando nos tratamos con compasión, desarrollamos la fortaleza y valentía para ser resilientes ante los tropiezos que afrontamos.
En la medida en la que nos tratamos mejor a nosotras mismas, podemos “dar” y “estar” mejor para otras personas que nos necesitan con nuestros dones, talentos y capacidades en su máximo esplendor.
Desde ese lugar de autocompasión no solo podemos ser realmente cariñosas, solidarias y empáticas con otras personas, sino que también somos más productivas, ya que respetamos nuestros propios límites y aprendemos a confiar en nosotras mismas.
Esto nos permite lograr nuestras metas desde la liviandad y no desde el maltrato.
De acuerdo con la Dra. Kristin Neff, psicóloga e investigadora de la Universidad de Texas y referente mundial en este tema, la autocompasión tiene tres elementos:
- Amabilidad: ser comprensiva, compasiva y paciente contigo misma, cuando te sientes inadecuada, incompetente, inepta, poco atractiva, etc.
- Reconocer tu humanidad: consiste en evitar aislarte cuando estás sufriendo, pensando que “solo a ti te pueden pasar estas cosas”. Otras personas pasan por lo mismo, además, la imperfección y el dolor son parte de la experiencia humana.
- Observar abiertamente tu experiencia: sin identificarte con ella (mindfulness). Significa tomar una perspectiva balanceada hacia tus emociones, para no negar o reprimir el dolor, sino comprender que será pasajero y no identificarte completamente con él.
¡Te invitamos a que veas este episodio del podcast de Asuntos de Mujeres!
¿Cómo sanar heridas emocionales? con la psiquiatra y experta en salud mental Anabel González
Los dos lados de la autocompasión
La autocompasión no solo tiene un lado Ying: suave, femenino o que podría ser percibido como “débil”; también tiene su complemento o lado Yang: “fuerte”, valiente y masculino.
La autocompasión Ying implica:
- Calmarte y consolarte a ti misma cuando estás viviendo un momento difícil.
- Reconocer el dolor como una experiencia inevitable del ser humano.
- Permitirte sentir el dolor y el sufrimiento.
Cuando abordas el sufrimiento desde el lado Ying, usas tu calma, ternura y bondad para transformarte y sanar.No se trata de sentir lástima, sino de tratarte con bondad.
El lado Yang, también conocido como “autocompasión feroz”, implica:
- Dar un paso adelante para protegerte.
- Reconocer que otros también lo han podido hacer.
- Atreverte a ver claramente lo que te está sucediendo, aunque te duela.
Cuando abordas el dolor y el sufrimiento desde el lado Yang, te haces responsable de procurar el bienestar y la liviandad para tu vida, usando tu lado protector, motivador y proveedor.
No se trata de “reclamar tus derechos”, sino de hacerlos valer, en primer lugar, contigo misma.
Si quieres conocer tu nivel actual de autocompasión y aprender prácticas que te ayuden a fortalecer esta habilidad, entra a este enlace; creé un cuestionario con el test de la Dra. Neff.
Después que tomes el test (completamente anónimo) aprovecha y descarga mi guía práctica de Autocompasión; recopilé 12 prácticas para que comiences a tratarte como tratarías a tu mejor amiga cuando está pasando por un momento difícil.
Te deseo mucha suerte.
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