Como madres entregamos todo nuestro tiempo y energía a nuestros hijos, casa, esposo y trabajo, entre muchas más responsabilidades y tareas diarias.
Desde que nos levantamos, estamos dando, haciendo, llevando, trayendo, buscando, comprando, limpiando, recogiendo y cocinando…
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Son tantas las responsabilidades, tantas cosas que tenemos que hacer, que cuando llega la noche, ya es hora de: la cena, la ducha, el juego, el cuento, compartir con nuestro esposo, etc. Estamos tan agotadas que nos merecemos un baño caliente “relajante” sin que nadie toque la puerta (es justo y necesario) y luego necesitamos dormir para que el día siguiente siga la rutina de la corredera.
Cuando caes en cuenta, han pasado días, semanas, años y no has dedicado un minuto de ese tiempo a ti.
Podemos tener días buenos y días no tan buenos, que nos hacen preguntarnos: ¿será que lo estoy haciendo bien? ¿seré una buena madre? ¿estoy haciendo lo que deseo? ¿Podré soportar más tiempo esta rutina? Pero al ver las sonrisas de nuestros hijos, sus pequeños y grandes logros, y sus ojitos diciéndonos “te amo”, sabemos que vamos por buen camino y encontramos las fuerzas para seguir adelante.
Si te identificas con lo antes leído, déjame darte un abrazo de luz y felicitarte porque lo estás haciendo bien. Y te mereces un pequeño espacio y tiempo para tí. Quizás te sientas egoísta.
Dejar a tu hijo en una guardería, con la vecina o tu esposo para poder ir a tomar una clase de Pilates o Yoga, o simplemente ir a la peluquería… Estas situaciones, que nos generan sentimientos encontrados, son las que nos ponen a pensar y repensar: ¿de verdad debo salir a disfrutar de un tiempo para mí? Si salgo me siento mal por dejar a mis hijos, pero si no lo hago, me siento mal conmigo, por no dedicarme tiempo.
¿Saben qué? Necesitamos nuestro espacio, al igual que lo necesitan nuestras parejas o esposos.
Si tú estás relajada, tranquila y balanceada emocionalmente, todos a tu alrededor lo estarán también; todo en casa fluirá de una manera armoniosa. Como tu mente estará centrada y despejada, podrás resolver con más claridad los problemas que lleguen y podrás enfrentar con el ánimo más alto las situaciones difíciles del día.
Yoga para sanar y relajarse
Deja a un lado esos pensamientos de culpa, y entrégate al disfrute de estar contigo misma, con tus pensamientos y dedicarle un tiempo a tu cuerpo, que bastante hace por ti. Verás que al final éste te lo agradecerá y te sentirás más tranquila, renovada, llena de energía ¡para disfrutar de otro día más!
Busca cualquier momento de tu día, puede ser al levantarte o antes de dormir. Te invito a que saques unos minutos y realices la siguiente sesión de posturas de yoga, recuerda respirar en todo momento, siempre por la nariz. Hazlo en un lugar calmado, con ropa cómoda, siempre conectada a tu presente.
Deja a un lado las tareas y citas pendientes y dedícate 100% a ti.
Esta sesión te ayudará a relajarte, a conectar tu cuerpo y mente, al mismo que tiempo que fortalecerás, estirarás tus músculos y te llenarás de energía, no importa si eres flexible o no, ¡la idea es centrarte en ti y soltar tu cuerpo!