Esto suena absolutamente obvio, pero… ¡La gente NO es adivina!
Muchas veces no nos damos cuenta de eso, porque creemos que los demás pueden suponer lo que pensamos, sentimos y queremos.
Lo cierto es que si quieres algo, por más pequeño o grande que sea, ¡eso tiene que salir de tu boca!
No sé a qué crianza o teoría psicosocial astronómica hay que atribuírselo, pero a mí el acto de pedir siempre me pone los nervios de punta. En mi mente la excusa es que “no me gusta molestar”, peeeero, ¿te imaginas todas las cosas que conseguiría si perdiera el miedo a simplemente PEDIR lo que quiero?
¿A veces te da miedo pedir lo que quieres?, ¿te has preguntado lo que te frena de aquello que quieres lograr?
Aquí van algunos de mis apuntes sobre lo que nos enseñó la escritora, conferencista y coach española, Silvia Bueso, autora del libro “El arte de pedir para conseguir tus objetivos”.
Vuélvete experta en ese llamado arte magistral de PEDIR, pedir sin miedos, sin tapujos y ¡sin complejos!
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Primero lo primero: ¿Por qué nos da miedo pedir?
Históricamente, pedir siempre ha sido castigado, sobre todo, cuando a las mujeres se refiere. Hemos crecido y evolucionado en una cultura donde pedir resulta incómodo o algo “no honrado”.
Esa es la explicación científica, pero si llegamos al punto de la lógica, todas sabemos que hay dos consecuencias de pedir algo:
a. Que nos digan que sí.
b. Que nos digan que no.
Y esa pequeñita posibilidad de recibir un no, ¡nos carcome por dentro! Entonces eso de pedir se vuelve un acto de valentía.
¿Cómo gestionamos el miedo al rechazo?
Si quieres pedir un aumento de sueldo o conseguir un empleo nuevo, sea lo que sea, solo tendrás respuesta si pides. Y pedir supone, primero, honrar quien eres y después, exponerte a la respuesta del otro.
Esa dupla es inseparable. Cuando te expones a pedir, te expones al no, pero mejor eso que quedarte congelada. Si nada pides, nada honras y nada celebras de tu vida.
Este es un tip de Silvia:
“A mí me ayuda crear un escenario imaginario y luego reducirlo a lo absurdo. Por ejemplo, aquí inventando, si me encuentro al embajador de Francia y se me ocurre pedirle empleo, ¿qué es lo que puede pasar?, que me diga que no.
Si ese escenario lo reducimos a lo absurdo, le estoy teniendo miedo a UNA PALABRA: NO. El costo de recibir un rechazo suele ser más pequeño que la recompensa de recibir un hermoso sí”.
Silvia nos recomienda aprender a celebrar el no, porque el NO nunca es definitivo. Estudia las razones por las que te dieron la negativa y plantea una estrategia, que si intentas de nuevo, mañana podrías tener un sí si las condiciones cambiaron.
¿Qué pasa si no sé ni siquiera lo que quiero? Ahí vamos de nuevo al autoconocimiento, bendito autoconocimiento.
Conocerte es la única forma de tener seguridad sobre quién eres y que eso que quieres responda a ti.
Vas a vivir una vez. Deja de querer agradarle a todo el mundo, lo que hagas y dejes de hacer tiene que agradarte a ti.
Pregúntate, ¿qué es lo que sí quiero?, ¿qué es lo que no quiero?, ¿resuena conmigo, mis valores y quién soy?
PD: el autoconocimiento es uno de mis temas favoritos, así que te dejo algunas recomendaciones para seguir explorando:
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Algunos tips para pedir y que te vaya bien:
- Previo a pedir investiga a la persona a la que vas a pedirle algo.
- Formula la petición pensando en el lugar y tiempo indicados.
- ¡Practica la petición con tu vecino o tu amigo de confianza!
- PIDE SIN PEDIR DISCULPAS, sin justificar lo que pides o sin esperar una confirmación inmediata.
- Expresa el beneficio de la petición, para ti y la otra persona. De nuevo, ¿has pedido un aumento de sueldo?, argumenta que van a haber mejores resultados, no solo para ti, sino también para la persona a la que le pides. Un aumento de sueldo beneficia a la empresa porque tendrás un aumento en la eficiencia y mayor motivación.
- Luego de pedir, haz un llamado a la acción con un “¿qué te parece?”, y escucha la respuesta. Desde un punto neutro, abierto, sin emociones.
- Si la persona dice que no, pregúntale qué tendría que cambiar para que esta petición que has hecho hoy sea posible en un futuro.
Aprende a simplemente: hacer lo que te dé la gana. No tienes que dar explicaciones por lo que quieres ni tampoco pedir disculpas.
Pedir depende de ti, mientras más capacidad tengas para pedir con todas las ganas del mundo lo que quieres, más probabilidad tendrás de abrazar la vida que te dé “la puñetera gana tener”, como dice Silvia. Me quedo con eso para siempre.
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Foto de Brooke Cagle en Unsplash.