Salomé Gómez-Upegui: “El cambio es algo que da mucho miedo, pero después de ese cambio está la libertad; y esa libertad nos la da el feminismo”

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¿Por qué a muchas personas les intimida el feminismo? ¿Qué hacer ante un comentario machista en una cena familiar? ¿Si no creemos en el amor como nos lo han enseñado, en qué creemos? Aprende más de feminismo en esta súper conversación de Alejandra (@alejandraoteropz) con la escritora colombiana Salome Gómez-Upegui (@salomegomezu)


El cambio es uno de mis conceptos favoritos porque siento que es lo único constante que tenemos y de lo que podemos aprender siempre. Y precisamente, el cambio es el eje central de Feminista por accidente, el libro debut de la escritora colombiana y abogada, Salomé Gómez-Upegui.

Tuve el honor de hablar con Salomé sobre su libro, que es una mezcla de su propia historia y de lo que ella ha logrado asimilar en su proceso de desaprender y aprender sobre la evolución del feminismo.

En esta colección de ensayos nos plantea su proceso de deconstrucción y de cómo pasó de ser una “goda conservadora”, a una escritora que nos habla de cabo a rabo sobre feminismo, haciendolo más digerible y práctico, para que lo podamos entender y asimilar mejor.

En esta entrevista nos reímos un montón y además, hablamos de temas fundamentales de feminismo, tales como: ¿por qué nos intimida el feminismo?, ¿qué decirle a quienes piensan que somos unas locas por ser feministas?,  ¿por qué le tenemos miedo a la soledad?, ¿Cómo alzamos la voz desde Latinoamérica?

Además, nos deja unas recomendaciones que no te puedes perder, en especial si te gusta la escritura.

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A veces el discurso feminista suele intimidar a la gente, ¿qué cambiarías en ese discurso para que más personas comprendan lo importante de este movimiento?

Yo no creo que haya que cambiar algo en el discurso, más bien debemos agregarle.

Necesitamos voces dentro del feminismo que sean más pedagógicas y que entiendan que la mayoría de las personas no comprenden de qué va el feminismo y muchos, no tienen por qué entenderlo, ya que son privilegiados y no les afecta la sociedad machista en la que vivimos.

Tenemos que dejar de asumir que todo el mundo entiende de qué se trata el feminismo y entender que tenemos una obligación más pedagógica si queremos que más personas se unan a esta causa.

Háblanos del cambio, ¿cómo es ese proceso de desaprender y aprender nuevas cosas?

Tiene dos dimensiones. Por un lado, es normal sentir miedo. Es el miedo lo que nos separa de la posibilidad de cambiar. La clave está en atrevernos a imaginarnos un futuro mejor al que tenemos en este momento.

Muchas veces vivir en un mundo machista y en un sistema patriarcal nos obliga a conformarnos con la vida que nos tocó y, a veces, no nos permite ver una mejor versión de ella. Pero los cambios que nos da el feminismo nos brindan una vida mucho mejor de la que podemos imaginar.

El cambio es algo que da mucho miedo, pero después de ese cambio está la libertad; y esa libertad nos la da el feminismo. Al otro lado hay mucha felicidad y mucha dicha, y de eso no hablamos lo suficiente. Si se hablara mucho más de eso, más personas se atreverían a ser feministas.

¿Por qué existe tanta aversión hacia el feminismo?

Hay un arquetipo que exploré en el libro porque identifiqué muchísimo en mi vida personal y es el de la mujer adecuada; lo que significa ser adecuada y no salirse de las líneas que nos han sido trazadas. Ser feministas y autodenominarnos feministas se sale por completo de estas líneas.

Ser feministas nos vuelve una piedra en el zapato de quienes tenemos a nuestro alrededor, y  nosotras las mujeres le tenemos miedo a incomodar. Nos da susto ser consideradas problemáticas, histéricas y difíciles. Nos educan para que seamos fáciles, dulces, tranquilas y adecuadas.

Al llamarnos feministas estamos aceptando que nos importan más nuestra libertad que el que dirán. Eso es muy difícil de hacer y esa es una de las claves de porqué hay tanto miedo.

Ante los insultos y la críticas por defender nuestro derechos en el marco del feminismo, ¿qué debemos hacer?

Un tema que a mí me encanta es el de cuáles son las expectativas que hay sobre nosotras como feministas en el día a día.

Yo creo que poner nuestro bienestar y nuestra tranquilidad por encima de la obligación de educar a los demás, es un acto feminista.

Nosotras nunca vamos primero, y ponernos a nosotras como prioridad en este tipo de casos es ir en contra de esa creencia, y por eso es un acto feminista.

Yo he estado en esa circunstancia que planteas y creo que muchísimas mujeres que están metidas en el movimiento también.

No existe un deber ser, pero si estás con una persona que lo que está haciendo es buscarte pelea porque quiere ver la profecía cumplida de que todas las feministas son histéricas, yo realmente pienso que ahí no hay espacio para el diálogo, no tiene interés de aprender y no vale la pena responderle nada.

Creo que el caso es muy distinto cuando en una reunión social o familiar, sin intenciones de decir cosas para hacernos molestar, comentan algo qué pasó y salen con comentarios típicos de tías como: “bueno, pero llevaba una falda muy cortita, ¿qué más le podía pasar?”.

En este tipo de momentos podemos aprovechar todas estas cosas que hemos aprendido para orientar y decir que las cosas no son así con el propósito de educar.


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¿Crees que hay luchas que no valen la pena tener en el feminismo? Como por ejemplo, tratar de convencer a personas de generaciones mayores de qué se trata este movimiento.

Yo creo que sí hay luchas que no valen la pena. Uno tiene que escoger sus batallas. Estar batallando todo el tiempo es algo que agota demasiado.

El feminismo no se tiene que volverse una lucha constante, además, también sirve para algo a nivel personal como trabajar el amor propio.

Dicho eso, yo creo que lxs jóvenes tendemos a subestimar a las generaciones mayores. Muchas personas mayores quieren entender y están interesadas en aprender, pero sí existe mucho ese mito de que ya no hay nada que hacer porque no comprenden qué es el feminismo.

Mi tío abuelo, por ejemplo, después de leerse el libro me dijo: “desde hoy me declaró feminista por convicción”. Tiene 68 años.

No podemos perder la esperanza tampoco. Herramientas como el libro permiten hacer eso.

Otro tema que tocas en el libro, y que es de mis favoritos cuando hablamos de feminismo, es el amor romántico y el miedo a la soledad. Si bien, sabemos que el matrimonio y el amor romántico son mitos patriarcales, ¿cómo podemos desaprender y aprender sobre el amor sin miedo?

El primer paso es reconocer que el miedo a la soledad está ahí, ya que toda la vida se nos ha planteado la soledad como una amenaza.

Luego tenemos que enamorarnos de nuevo en la soledad, aun teniendo pareja. Tenemos que entender que dentro de la soledad también hay una dimensión muy bonita de la vida e incluso necesaria.

Tener una pareja es algo muy lindo. Tener una familia con alguien que queremos y construir una vida en común es algo realmente emocionante y divino. Pero lo que debemos entender es que tener una pareja no es una necesidad, es una decisión y eso es lo que lo hace chévere y emocionante.

Hay que quitarle la máscara a esa idea de la soledad, verla por lo que realmente es y ver las relaciones de pareja como una fuente de disfrute pero no como una solución a nuestros miedos.

¡Y recordar que el amor romántico no es el único tipo de amor! Están las amigas, la familia, las hermanas, etc.

Hablando un poco sobre otros temas que tocas en el libro, tales como el aborto o los femicidios, ¿qué podemos hacer para ayudar?

Bueno a mí me tiene muy impresionada lo que está pasando en Colombia actualmente. Se está hablando sobre eliminar el delito del aborto del código penal.

El movimiento feminista colombiano se ha solidificado en el proceso de exigir nuestros derechos ante la corte y ante la sociedad. Hay un movimiento ahora en Colombia que se llama Causa Justa, el cual es una coalición de muchos movimientos feministas; y estamos muy cerca de que se pueda eliminar el delito.

Cuando eso pase va a ser gracias a esas mujeres. Tengo que subrayar que somos nosotras mismas y estos movimientos liderados por mujeres los que van a hacer que América Latina sea feminista en el mayor sentido de la palabra.

¿Hay espacios para los hombres en el feminismo?

Yo pienso que los hombres no solo pueden sino que deben ser feministas. El patriarcado es un sistema que afecta a la humanidad, no solo afecta a las mujeres sino también a los hombres. Pero como son los hombres mismos quienes se benefician de un mundo machista, yo no veo cómo vamos a acabar con ese mundo sin contar con ellos.

Aunque me parece que los hombres tienen un papel importante dentro del feminismo, no me parece que ellos deban liderar el movimiento ni pueden entrar en una dinámica en donde nos van a explicar de qué va el feminismo.


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Feminista por accidente: el libro

feminista x accidente

¿Cómo fue tu proceso para escribir el libro y qué te inspiro a hacerlo?

Yo siempre he sido amante de los libros. Los libros me han salvado en los momentos más difíciles de mi vida y creo demasiado en la magia de la escritura.

Quería sanar todo lo que me había pasado a través de la escritura pero también pienso que en ese proceso de liberación personal, también podía liberar a muchas otras.

Fue una manera de servirle a otras mujeres y poner mi grano de arena.

El proceso en sí fue complicado. Hubo momentos en los que todo fluyó y la historia salía de mí a borbotones, pero hubo otros momentos en donde me demoraba tres meses escribiendo un capítulo porque no entendía cómo escribir esa historia.

Quería decir mi verdad pero no quería utilizar mi trauma como una forma de hacer el texto más interesante. Quería respetar mi espacio presente, porque ese nivel de vulnerabilidad no es fácil compartirlo pero también quería hablar sobre mi pasado; tuve que encontrar una danza entre qué comparto y qué me guardo, pero creo que al final lo logré y estoy muy feliz con el resultado.

¿Qué fue lo que te hizo darte cuenta que el Derecho no era lo tuyo?

En 2017 me fui a hacer una maestría a Harvard de Derecho y recuerdo un momento puntual en el que el decano de la facultad dijo: “ustedes ya se están graduando de la escuela de derecho de Harvard, después de esto pueden hacer con sus vidas lo que quieran”.

Yo esto me lo tomé como un llamado trascendental. ¿Lo que quiera? –pensé.

Bueno, lo que quiero no es esto. Fue muy duro darme cuenta de que esa era la verdad, pero también fue muy emocionante.

Hay una frase que me gusta mucho que dice cuando nada es fijo, todo es posible, y bueno, me lancé y ahora soy infinitamente más feliz.

¿Te gustaría escribir ficción?

La respuesta corta es sí, la larga es no tengo ni p*ta idea por dónde comenzar. Es algo bien fuera de mi zona de confort pero me encantaría.

¿Qué libros y autores te inspiran?

Adoro a una autora que se llama Roxane Gay, ella escribe sobre feminismo pero me gusta mucho unas memorias que se llaman Hunger. Ella es una de mis grandes inspiraciones al escribir.

De ficción me gusta mucho La firma de todas las cosas de Elizabeth Gilbert. Me lo leí en la época que estaba escribiendo Feminista por acciddente y es hermoso.

Y por último, antes como abogada en mi vida me había leído un libro de poesía, pero ahora me he abierto a la posibilidad y me encanta una poeta que se llama Kate Baer, en especial un libro que se llama Qué tipo de mujer, es poesía feminista y es espectacular.

¿Cómo lidias con “La Cabrona” o esa vocesita insoportable que dice que lo que escribimos no es bueno?

Hay otro libro de Elizabeth Gilbert que se llama Libera tu magia y dice una cosa que yo aplico un montón, y es que querer sacar a la crítica interna de nuestra cabeza es algo irreal, porque ella no se va a ir a ningún lado.

Entonces, la cosa está en no dejarle el timón a la cabrona. Tenemos que decirle: “bueno, sí, allí estás pero no me importas” y así darle espacio para que las demás ideas fluyan y tengamos el control.

Si la crítica es muy exagerada, yo sé que estoy tocando algo de lo que tengo que hablar. Porque la cabrona a veces actúa como esa voz del subconsciente que critica algo que nos da vergüenza, entonces la estrategia está en saber usarla como herramienta para identificar esos temas de los que tenemos que hablar.

¿Y cómo haces con los bloqueos?

Dos cosas muy básicas: dormir y leer. Si me puedo dar el lujo de tomarme una siesta lo hago porque reseteo el cerebro. Y si no sé ni cómo empezar la primera frase, lo que hago es leer a una de esas escritoras que tanto me gustan para inspirarme.

¿Qué recomendaciones le darías a la comunidad de Asuntos de Mujeres?

Lo primero, lean a muchas mujeres. Ficción, poesía o lo que sea, porque esa es la ventana más mágica a lo que nuestras vidas pueden llegar a ser.

Lo segundo, y sé que suena cliché pero tenemos que entender que no existe la feminista perfecta, es mejor ser mala feminista a no ser feminista.

Y lo tercero, si pueden y si es algo que está dentro de sus posibilidades, vayan a terapia. La terapia psicológica me salvó la vida.

Foto: InputMag

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