Si quieres tener una relación abierta o practicar el poliamor, Ysabel (@ysabelvel) te recomienda trabajar en tu autoestima para lograrlo. Sigue leyendo.
Tenemos libertad y permiso de explorar nuestra sexualidad como nunca antes.
Sin embargo, hay dos factores que nos condicionan más de lo que podemos imaginar: el aspecto sociocultural y el hecho biológico.
Nos han enseñado a supeditar nuestra autonomía y placer al imaginario erótico del varón, hemos crecido creyendo que encarnamos la tentación y somos más objetos de deseo que sujetos deseantes.
Este constructo social es transversal, ha determinado la conducta sexual femenina por siglos y sigue teniendo un peso importante, aún en medio de una época donde el feminismo y la deconstrucción nos ha invitado a cuestiornarlo.
Hay un hecho científico que no podemos obviar: lo biológico.
Desde la época de las cavernas debíamos ser cautas en el sexo porque descubrimos que tenemos la capacidad de gestar, y eso implicaba permanecer nueve meses en la cueva.
Nuestra fisiología nos impulsa a tener una práctica sexual con una pareja exclusiva, porque lo contrario es interprerado como un peligro que afecta la autoestima y emociones.
El diseño de nuestro cerebro y nuestras hormonas, sobre todo, la descarga de oxcitocina que se segrega después del orgasmo, nos impulsa al apego después de la experiencia sexual.
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Existen prácticas sexuales en tendencia con las cuales debes tener cuidado psicoemocional
Pareja abierta: abrir la relación al contacto sexual con terceras personas.
Poliamor: establecer relaciones sexoafectivas con más de una persona (tríadas o cuartetos).
Cuckolding: práctica sexual donde el hombre consiente, y muchas veces observa, la interacción sexual de su pareja con otros hombres.
Swingers: intercambio de parejas que puede involucrar situaciones sexuales donde ambos miembros pueden estar presentes intimando con otras personas.
Para algunas mujeres una experiencia de este tipo puede ser gratificante, para otras llegará a desestabilizar su relación de pareja, o peor, su salud mental y emocional.
La autoestima tiene dimensiones de autoimagen, autoconcepto, autoeficacia y autovaloración, donde entran la percepción que tenemos de nuestro ser.
Si hacemos algo que no es congruente con nuestros valores, con la forma como nos miramos, podemos percibirlo no como una aventura excitante sino como un acto donde perdemos autonomía y nos sometemos a los deseos del otro.
¿Cómo saber si estoy lista para experimentar estas tendencias?
1.- Nunca lo hagas solo por complacer a tu pareja o para “oxigenar la relación”. El deseo debe ser tuyo.
2.- Entiende que el sexo desprovisto de emociones no existe, los humanos somos seres emocionales y nosotras todavía más, así que el riesgo de engancharse sexualmente con ese tercero (y también de enamorarse) es real.
3.- Recuerda que no hay nada que probar, y que no eres menos empoderada por no sumarte a estas tendencias.
4.- Escúchate antes, sin presiones externas; el espacio sexual es donde somos más vulnerables, y la seguridad es importante.
5.- Hay fantasías que al llevarlas a la realidad pueden decepcionarnos por las altas expectativas que ponemos en el momento, así que tómatelo con una actitud lúdica(para eso es indispensable la confianza).
Cabe destacar que el uso del preservativo es indispensable en toda práctica sexual, es un acto de amor propio y respeto a tu pareja sexual de ese momento.
Sexo seguro no es solo cuidar tu cuerpo, mente y emociones son indispensables para que ejerzas tu sexualidad a plenitud, siendo responsable y verdaderamente autónoma.
Foto de Gwen Mamanoleas en Unsplash
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